viernes, 11 de noviembre de 2005

Musical "Hoy no me puedo levantar": Teatro Rialto, Madrid

Cuando, como es el caso, el que suscribe una crítica no está en posesión de la acreditación profesional, quizá sea demasiado osado hacer ciertas aseveraciones, aún a sabiendas de que las legitima la independencia, pero, dudas pseudo-existenciales al margen, me atrevo a decir que la mayoría del público que acude masivamente cada día al ahora denominado teatro Movistar de Madrid, va predispuesto más a oír y a disfrutar que a ver, obviando que, ante todo, se trata de un evento audiovisual, aunque en su descargo quepa la escasa tradición, transmutada en desconocimiento, de los musicales que se han hecho en nuestro país.

Poner en solfa ahora la solvencia de las composiciones de los hermanos Cano parece tan absurdo como injustificado. Partiendo de esa premisa, todo el complejo montaje de lo que se ha dado en llamar “ópera moderna”, se convierte en mero relleno de la masa musical, porque el reputado guionista David Serrano, que había estado sembrado en “El otro lado de la cama”y “Días de fútbol”, y el coreógrafo Tino Sánchez, ceden, erróneamente, el peso de sus respectivos cometidos al elemento sonoro de forma casi exclusiva.

El planteamiento de la historia que se narra es tan real como poco original, generándose la sensación de haberlo visto antes. La deficiencia campa a sus anchas en un guión, a modo de serie televisiva, que raya la vulgaridad y que, en la sucesión de gags no cantados, insiste una y otra vez con el típico humor facilón y hortera que tan felices hace a las personas de carcajada fácil, para acabar, no de forma casual, haciéndoles llorar como magdalenas . Tremendo castigo teniendo en cuenta su predisposición y, sobre todo, su absoluta colaboración.

Algunas canciones, “Cruz de navajas” y “Mujer contra mujer” entre otras, están tan fuera de escena que no encajan en el contexto clave de la obra ni con calzador. La historia de amor principal es carente de ritmo, poco creíble, exenta de la mínima pasión exigible y bastante alejada de los excesos de la época, la de la movida, en la que transcurre la obra, cuando, paradójicamente, dichos excesos se describen con toda su crudeza en el tema de las drogas, presente, en primer plano, en las casi cuatro horas que dura el musical. El histrionismo castiga a algunos personajes secundarios, elevándolos a la categoría de ridículos. El final, tan previsible y tan innecesariamente explícito como poco imaginativo, no es una excepción al desbarajuste general.

La coreografía, que se sostiene razonablemente bien al principio, se va diluyendo progresivamente a medida que va avanzando el segundo acto y alcanza, para mal, su punto culminante en el desfile final de los actores, digno, sin duda, del mismísimo José Luis Moreno, aunque nos deja para la posteridad pasajes tan bellos y tan espectaculares como el vuelo una la bailarina bajo la influencia de las notas de “Lía”.

Mención especial merecen los actores, desconocidos en su mayoría, que salen indemnes de los ya mencionados desaciertos del guión, salvándose de la quema y cumpliendo sobresalientemente con su rol cantando, bailando, actuando e incitando con éxito al público a formar parte de un espectáculo, que en definitiva, logra engrandecer, aún más si cabe, las canciones de Mecano y que nos obliga a pensar que éstas aguantan todo lo que les echen.

[Aurelio Sánchez. Nuevaola80 Madrid]

viernes, 4 de noviembre de 2005

Los Limones: El Sol (Madrid)

No hay nada como disfrutar de un buen concierto en una de las salas míticas de Madrid, como la sala Sol, y si además quienes van a actuar son tan míticos como la sala, la noche promete.

A las 23.50 aparecieron Santi Santos (guitarra y voces) y sus Limones, Juan Naya a la guitarra solista, Landy Vigo al bajo e Iván Ramos a la batería, en el escenario ante un público no muy numeroso todavía. Se estrenaron con “¿Qué fue de ti?”, y los asistentes ya empezaban a corear la canción.

Poco a poco se iba llenando la sala, y el grupo iba desmenuzando uno tras otro los mejores temas de un extenso repertorio (en estos momentos llevan 8 discos a sus espaldas).

“Trenes sin destino”, “Ferrol” (convertida en un himno gallego), “Te voy siguiendo”, “Por toda la tierra”, “El canto de la sirena” y muchas más fueron ejecutadas perfectamente por la banda, y sonaron de maravilla (un diez para el ingeniero de sonido).

Mientras, entre el público merodeaba un individuo, con cara de haber estrellado un coche en el puerto de Vigo, que quedó Siniestro Total. El mismísimo Miguel Costas andurreaba hablando con unos y otros mientras Los Limones seguían regalando bonitas canciones a los oídos de los espectadores, como “El tiempo pasará” con el acompañamiento de armónica de Santi, surfeamos por las playas de California con “Contrabando y surf”, “El camino sin ti”, y “Ya lo ves”.

Después de una hora y media, Los Limones, habían expuesto un espectáculo maravilloso, pero aún quedaba más, mucho más.

Después de un merecido descanso, se incorporó a la banda de Los Limones, Miguel Costas, el que fuera guitarrista, y posteriormente además cantante y compositor de la mayor parte de los temas de Siniestro Total, compositor de las canciones de Aerolíneas Federales, y componente de Los Feliz. Un currículum impresionante de canciones a sus espaldas, para muchos uno de los mejores compositores de este país.

Comenzaron con “Diga que le debo”, y el público enfervoreció, Los limones parecían reconvertidos en los mismísimos Siniestro Total, increíble la forma de cambiar el chip. Hicieron los mejores temas de Siniestro, “Ayatollah”, “No somos de Monforte”, “Me pica un huevo”. Mientras tanto había un trasiego de gente en el escenario para hacer los coros de las canciones.

Miguel Costas manejaba la guitarra con maestría, al igual que Santi, Iván aporreaba los tambores como los viejos tiempos de Julián Hernández, y por supuesto no podían ser menos Landy y Juan tocando con majestuosidad.

Esta parte del directo sacó la parte más salvaje de todos los músicos, era curioso ver a Santi con la cara desencajada haciendo los coros de “Me pica un huevo”. Siguieron deleitándonos con “Assumpta”, “Bailaré sobre tu tumba”, “Miña terra galega”, “Opera tu fimosis”, “Pueblos del mundo extinguíos”, e incluso “No me beses en los labios” de Aerolíneas Federales cantada por Santi Santos.

Dos horas y media de concierto, lo mejor de los limones, lo mejor de Siniestro Total, una noche redonda, y lo fue todavía más, cuando conseguimos entrar en camerinos a charlar con los músicos, desde aquí quiero darle las gracias a Santi por su gran disposición y amabilidad, y a Miguel Costas, por su paciencia con las fotitos.

Y al día siguiente............... repitieron actuación¡¡¡¡

Si tenéis la oportunidad de verlos, no lo dejéis pasar, os arrepentiréis.

Esas palmas coño¡¡¡¡¡

[Javi Bernal, Nuevaola80]