viernes, 31 de marzo de 2006

Paul Collins: Gruta 77 (Madrid)


Una magnífica dosis de power pop en estado puro, eso fue lo que pudimos presenciar las aproximadamente cuatrocientas personas que abarrotaron la Gruta 77 para ver al Neoyorquino Paul Collins.

Como teloneros llevaban a Malory Knox, un grupo de punk-rock con una fémina al frente, que hicieron mucho ruido pero no consiguieron levantar mucha pasión entre los asistentes, que ansiosos esperaban la actuación de Paul Collins. Lo más destacado de este grupo fue ver a la cantante haciendo a dúo con Paul Collins, guitarra en mano, el You won´t be happy, que quedó bastante bonito.

Posteriormente salieron a escena Paul Collins, con camisa colorida, pañuelo al cuello y guitarra; y su banda, formada por Octavio Vinck (guitarra y coros), Chapo (bajo y coros), y Ginés Martínez (batería).
Comenzaron surfeando con el “Let me into your life” de álbum The Beat, con poderosas guitarras, espléndidos coros y unas baquetas majestuosas que salpicaron al público esa vitalidad que emanaba la melodía. Rápida y contundente.

Muy buen sonido nos acompañó durante toda la velada, cosa que no siempre sucede en los conciertos, mis felicitaciones a los técnicos de sonido.

Continuaron con “U.S.A” y nos calzamos una de las más destacadas del nuevo disco “Rock and roll shoes” para seguir con una de las clásicas “It´s Gonna be a long time” del From Town to Town, un tema más country rock.

Durante el concierto, Paul cambió dos o tres veces de guitarra, la verdad es que todas eran preciosas. Y hablando de guitarras, hacia muchísimo tiempo que no me encontraba un guitarrista tan magnífico como Octavio Vincks (todo un descubrimiento, al menos para mí). Si sí, como lo leen, le comentaba a un amigo, que desde los tiempos de Jordi Pegenaute cuando lo vi con los Trogloditas (y ya ha llovido), no había vuelto a ver un guitarra igual encima de un escenario, era realmente impresionante, su forma de tocar, la energía, esa pose rollingstoniana en ocasiones, hacía de todo con la guitarra, se la ponía a la espalda, tocaba a una velocidad de vértigo, tocaba en el mástil, un genio sí señor.

Y Paul en plena forma, cantó prodigiosamente, con esa voz tan particular, que cuando sube mucho de tono, parece que se va romper en cualquier momento, que no va a llegar, pero nada más lejos de la realidad, llegó al final del concierto con poderío.

Prosiguieron con “Always got you on my mind”, la primera de The Kids are the same “That´s what life´s all about”, y otra del nuevo disco “All over town”, antes de dar paso a la época Nerves, “Hangin´on the telephone” y “Working too hard” (pasada por la batidora beat).

Siguieron con “Look but don´t touch”, la preciosista y melódica “Helen” del último trabajo, la intimista “I´m on fire”, donde consiguieron hacer un silencio en toda la sala, en mitad de la canción para entrar de nuevo en un tono muy bajo e ir subiendo paulatinamente con el Baby I´m on fire.

Antes de irse a tomarse un respiro, nos deleitaron con otro de los clásicos, “In another world” del To beat or not to beat, y otras dos del nuevo disco “Silly Love” y “ Afton place” (de lo mejor del último trabajo).

Y para el bis dejaron lo mejor, tocaron la poderosa “Don´t wait up for me” con guitarras tremendas, entremezcladas con otras del nuevo disco como “More than yesterday”, hicieron “All over the world”, una de esas canciones eternas, el público saltaba, algunos hasta volaban, y por fin llegó el momento más esperado de la noche, para poner el broche de oro a una gala más que brillante, qué mejor que el “Rock and roll girl” para poner el punto y final a ese concierto, y el punto y aparte a la gira que los llevará por diversas ciudades españolas.

La gente se fue encantada, y no es para menos, ya que hizo un repaso a lo mejor de su extensa carrera, fue una noche mágica, y todavía me resuenan en los oídos los acordes de Octavio en “All over the world”, extraordinario.

¡¡Un saludo Paul¡¡

[Javi Bernal, Nuevaola80]

Mala Suerte: Chesterfield Cafe (Madrid)

Buen concierto el desplegado por MALA SUERTE el pasado viernes 31 de Marzo en el Chesterfield Café; el local lo requiere, con una acústica envidiable y un sonido de lo mas impecable. Hoy en día es de las mejores salas que existen en Madrid para tocar en directo, además la Sala se puede ajustar al contenido del show en cuestión. En este caso no se pasaría de las 200 personas de aforo pero para eventos mayores tiene disponibilidad para acercarse al millar sin perder un ápice del sonido. Buen equipo tanto el material como el humano, me consta.

El grupo (MALA SUERTE) que se ofrecía esa noche en el Chester fue como una bocanada de pop fresco con melodías ajustadas (“Caminando entre las sombras”) y estribillos que rayando lo pegadizo (“Eloise”) es de los que acabas tarareando sin a penas darte cuenta.

Buena puesta en escena, con ese pañuelo-fulhar rojo estampado “talismán” rodeando el pie de micro que guarda siempre César (vocalista) con mimo en su funda de guitarra. Por cierto este chaval tiene más voz que cuerpo y eso que debe andar cerca del 1’90 de estatura. Ya ha recorrido varios escenarios de “culto” el fulhar en Madrid y por lo visto, con un poco de BUENA SUERTE, le quedarán muchos escenarios por los que seguirá pasando.

Suenan con fuerza, basándose en una base muy sólida entre el batería (Nacho) y el bajista (Mario) perteneciente a una gran saga de músicos (Álvaro Aldaz de TOTEM ) especializados en los sonidos graves de cuatro cuerdas (o cinco según gustos entre hermanos) dando esa solución siempre constante a la cadencia de la canción. Si requiere acelerar el ritmo, Álvaro tira de dedos y le incrusta un sonido peleón, machacón, con el tempo de un diapasón sin aceleramientos para pasar en el siguiente lance de la canción a acariciar sus gruesas cuerdas del bajo para dejar paso a los arreglos de guitarras cruzadas entre Manu y Victor.

El estilo ó la forma de enmarcar a MALA SUERTE en el circo musical actual es difícil, tienen estilo propio pero te recuerdan a grupos de aires tan dispares como Secretos, Limones, Loquillo, Mamá e, incluso, cruzan en algunos riffs de guitarras sonidos Tequila-Rodríguez (“Mala Suerte”), pasando a canciones con gancho como su próximo segundo single “Canción de despedida” .

Viendo sus preferencias no extrañaba escuchar versiones de algunos legendarios ochenteros como “Buena Chica” de Secretos ó el “Nada más” de Mamá (con recuerdos a Manolo Mené) perfectamente interpretados por sus componentes. Pero en el entorno del grupo deberían potenciar los coros en directo para hacer las melodías más rellenas, con más fondo. César cantando, un micro para Manu (que quizá usó poco) y otro para Nacho (el batería, que sí lo utilizaba, con el valor añadido que le da aparte de utilizar las baquetas). En cambio tanto a Víctor como a Mario se les veía tararear todos los estribillos pero sin la electrónica pertinente entre sus gargantas y el sonido compacto de los bafles de exteriores que nos llegaba. También recordaron a David Prieto el teclista que no estuvo en el concierto.

Durante los noventa minutos aproximados que duró el recital los asistentes disfrutaron con el Directo de MALA SUERTE que acabaron el concierto repitiendo su canción homónima al nombre del grupo.
Desde Nueva Ola 80’s les deseamos muy BUENA SUERTE a este grupo y les esperamos para la próxima sesión de pop potente y bien instrumentado, con el mejor deseo para ellos de dejar la autoproducción y fichen por alguna discográfica que realmente crean en lo que nosotros sí sabemos de lo que son capaces de hacer. Simplemente buena música.

Temas que tocaron:

1.- Ciego
2.- Mala suerte
3.- A veces se me olvida
4.- Buena chica (versión Los Secretos)
5.- Caminando entre las sombras
6.- Me decías
7.- Creador de mitos
8.- Tus labios
9.- La armadura
10.- Perdóname
11.- Eloisa
12.-Canción de despedida
13.-Nada más (versión Mamá)
14.-Tal como eras (versión La Unión)

Bises:

Bis 1.- Hace mucho tiempo que no se de tí
Bis 1.- No me acostumbro
Bis 2.- No me emborracho
Bis 3.- Puede
Bis 4.- Mala suerte (repetición)

Componentes e instrumentos:

César Álvarez: voz, guitarra acústica.
Manu Casla: guitarra solista y coros.
Víctor Moreno: guitarras.
Mario Aldaz: bajo.
Nacho Álvarez: batería y coros.

[Juan Ramos, Nuevaola80]

Los Marañones, Muérdago y Eric Sardinas: Gamma (Murcia)

Foto: Agustín Sala
Hacía las 22:40 de la noche accedíamos al interior de la sala Gamma donde nos disponíamos a presenciar un triple concierto, organizado por el Motor Kulture y sus Harley Davidson, con dos teloneros locales, Muérdago y su rock sureño, un grupo que día a día va in-crescendo, y Los Marañones uno de las bandas más emblemáticas de la región, estos últimos provenientes de los 80s. El plato fuerte, desde luego, era Eric Sadinas, con quien todo el mundo esperaba explotar con su enérgico blues-rock.

Unas 600 personas se dieron cita en el recinto, sito en la carretera de Alicante y que se está convirtiendo en un punto habitual de importantes citas musicales. Allí pudimos encontrar a diferentes personajes de la escena musical y radiofónica murciana, como fue el caso de Jam Albarracín, el mítico cantante y bajista de los Farmacia de Guardia, quienes se encuentran en este momento preparando su concierto homenaje a los 25 escenarios de su estreno en directo.

Muérdago

El rock sureño y la fuerza con la que su vocalista interpretaba los temas de Muérdago fue el mejor anticipo de una noche que se presagiaba especial. Todo sucedió en el escenario anexo de la sala Gamma, hacia las 11:15 h., donde ya se podía gozar de una concurrencia mas que aceptable.

El grupo estaba compuesto por Jesús Martínez (voz) quien también utilizó la pandereta y, sobre todo, armónica, en la interpretación de varios temas, Carlos Orenes (guitarra), Antonio Martínez (guitarra), José Martínez (bajo) y Antonio Molino (batería). Uno de los momentos álgidos de su actuación fue la interpretación de, quizás, sus dos temas más representativos, 'Madera' y 'Hasta el final'.

Cabe destacar de manera especial los solos de guitarra con los que nos deleitó Carlos. A las 11:50 h. finalizaba la actuación del grupo.

Los Marañones

Los Marañones, liderados por el incombustible Miguel Bañón a la guitarra y como voz principal, estuvo acompañado de su banda al completo, compuesta por la batería del "sinigual" Pedrín Sánchez y el bajo de Román García, con el valor añadido que suponía el órgano del gran Carlos Campoy, un teclista de largo recorrido en la región.

Hacia las 0:00 h., tomaron el relevo de los Muérdagos, ya en el escenario principal, ofreciendo sus clásicos temas y algunos mas de su último disco, 'El mundo al revés', editado en noviembre de 2004, como fue el caso de 'Esquizofrenia', 'Bla, bla', 'Atrapado' o el mismo que da título al álbum.

Como anécdota decir que, en un momento de la actuación, cuando a Miguel se le rompió una cuerda de su guitarra y mientras se disponía a deshacer el entuerto, Román apegado al micro pronunció la castiza frase "Ays venío tos?", pura verborrea según ironizó el propio Miguel una vez repuesta la cuerda. Una actuación, en definitiva, mas que correcta que, hacia la 1:15 h., dieron por concluida.

Eric Sardinas

Y llegó la parte mas esperada del gran público, la actuación del bluesman Eric Sardinas quien con sus dos dobros inalámbricos lleno de energía eléctrica el escenario de la Gamma. Provenientes de Los Angeles, y con tres discos a sus espaldas, este trío ofreció un espectáculo difícil de olvidar. Desde el principio la cosa ya pintaba bien con una, mas que estruendosa, aparición que fue coreada por todos los asistentes a medida que iban apareciendo sus integrantes. Eric estuvo acompañado por el bajista Levell Price y el batería Patrick Caccia.

La actuación se basó, aparte de los larguísimos temas que se iban sucediendo, en varios solos, tanto del bajista, como del batería como, por supuesto, de los dobros de Eric. Como broche final, Eric se bajo del escenario y, rodeado de un par de "gorilas", ofreció, a pie de público y ya con el torso totalmente al descubierto, una parte de la actuación, subiéndose incluso a la barra de la sala principal para acabar "incendiando" deliberadamente una parte del escenario que sofocó el mismo con uno de los dobros, todo un showman, sin duda. Todo acabó a las 3 de la mañana, después de realizar un tema extra, por petición del público, una vez ya se habían retirado al camerino.

[Pedro J. Pérez. Redacción Nuevaola80]

sábado, 25 de marzo de 2006

Jaime Urrutia: El Loco Club (Valencia)

La Sala El Loco de Valencia, sita en la calle Erudito Orellana número 12, acogió el sábado 25 de marzo, y con la típica e inevitable excusa de la presentación de su último álbum, “El Muchacho Eléctrico”, acogió el concierto de Jaime Urrutia con su banda de Corsarios, esos experimentados músicos que acompañan al castizo madrileño.

Con casi media hora de retraso, aproximadamente, y ante un público expectante, que calculo sumarían unos trescientos, siendo muy generoso, aparecía la figura, chulería por delante, de Jaime Urrutia y los suyos.
Empezaron con uno de sus himnos más populares con que cuentan los dos Lp’s que llevan emitidos, “¿Donde Estás?”, que aparecía en su primer trabajo “Patente De Corso”, y siguió con “Cariño”.

El primer momento importante de la noche surgió en la tercera tentativa, con “Mentiras”, tema del grupo valenciano La Rocka que se recogía en su citado “Patente De Corso”, y en donde el público coreaba efusivamente cada estrofa de la canción. Prácticamente ocurrió lo mismo con la siguiente envestida, “Si la vida te lo da”, de nuevo una pieza rescatada de La Rocka, pero que en esta ocasión ha incorporado al álbum “El Muchacho Eléctrico”.

Siempre con ese aire chulesco e irónico, y con un sin fin de veces llamando “guapa” a las féminas que tenía en primera fila, prosiguió con “Pasimisí, Pasimisá”, y “Que Barbaridad!”, con lo cual llegó al segundo momento más laureado de la noche, recordando el que fue su primer éxito en solitario tras la desaparición de Gabinete Caligari. Continuó con “Vestida para mí”, y cuatro temas consecutivos de “El Muchacho Eléctrico”, “Maribel”, primer single extraído del citado trabajo, “El hombre que hay en mí”, “Clases de Rock And Roll”, y “Pitusa”, donde Jaime Urrutia hace un guiño a la obra de Benito Pérez Galdós, “Fortunata y Jacinta”.

El tercer entusiasmo colectivo llegó con el siguiente tema, “Castillos en el aire”, perteneciente a su anterior “Patente De Corso” y que Jaime dedica cariñosamente a Valencia y sus fiestas falleras, dando las gracias al público por los buenos momentos que ha pasado en sus innumerables visitas a la capital del Turia.
El concierto continuó con “Completamente Féliz”, “Toda Mi Vida”, dedicada a su gran amigo El Hortelano, “Escándalo De Amores”, otra dedicatoria, esta vez a otro amigo llamado Julio Delgado, “Nada Por Aquí”, y “Azzurro”, versión muy aplaudida que popularizaron décadas atrás Adriano Celentano, entre otros, y que alargó incorporando alguna estrofa y haciendo un medley, un poco atípico, con “Al calor del amor en un mar”, uno de los mayores éxitos que cosechó, años atrás, en formato Gabinete Caligari. Y siguiendo con el desaparecido trío, y antes de despedirse por primera vez, acabó con “Tócala Uli”, una de las piezas inmortales que cosechó Gabinete Caligari y que conlleva el recuerdo del desaparecidos saxofonista, Ulises Montero.

Tras cinco o diez minutos de espera, aparecieron de nuevo Jaime Urrutia y sus Corsarios para ofrecer dos bises, el primero, y siendo el cuarto momento más importante del concierto, fue con “Si la vida no te lo da”, tocada de nuevo, pero esta vez con Juan Carlos Sotos de La Rocka a la guitarra, y siguieron con tres temas de Gabinete Caligari: “Suite Nupcial”, donde aparecieron dos espontáneas sobre el escenario bailando el susodicho tema, “Al calor del amor en un bar”, ahora sí, que en su versión íntegra, para cerrar con “La sangre de tu tristeza”. Entre estas dos últimas canciones Jaime presentó a sus músicos: Esteban Hirschfeld a los teclados, Germán Vilella a la batería, Juan Luís Ambite al bajo y, debutando esa noche ante el público, “Michigan” García a la guitarra, hermano de Diego García, antiguo Corsario y, también, amigo de Jaime Urrutia.

El segundo bis que ofrecieron fue bastante más light, quizá lo deberían haber dejado para el primero, tocaron tres piezas, “Adios mi amor”, en plan acústico donde el batería Germán Vilella, esta vez a la guitarra, quien se atrevió a cantar junto a Jaime mientras que J. L. Ambite hacía los coros, “(Saca tu culo) de aquí”, y acabaron nuevamente con “Que Barbaridad!”, pero al ser la segunda vez que la tocaban ya no gozó de ese encanto para ser calificado como de otro “momento” importante de la noche.

Hasta aquí es lo que dio de sí la aparición de Jaime Urrutia por la sala El Loco, rebasada la hora y media de concierto, el popular músico madrileño demuestra que sigue en plena forma y que está, tras varios baches acaecidos en su etapa anterior con Gabinete Caligari, en uno de los instantes más álgidos de su carrera, por supuesto sin dejar esa chulería que le ha caracterizado durante varias décadas, y querer aparentar ser el típico/castizo español/madrileño del chato de vino y las corridas de toros. Ole!.

[Vicente Ribas, Nuevaola80]

viernes, 24 de marzo de 2006

Los Limones: Moby Dick (Madrid)


Esta es la historia del concierto de Los Limones en la sala Moby Dick, ante una 250 personas.

Santi Santos cambió por completo la formación actual de Limones para el concierto del pasado viernes 24 de Marzo en la sala Moby Dick, aunque con los componentes anteriores de los últimos 3 años, los mismos que grabaron el Directo de La Botellita, sonaban muy conjuntados y compactos, han ganado con la pegada del nuevo batería (Pipo Gª) y la omnipresencia en todas las canciones del silbido elegante sacado a la Pedal Steel Guitar de Alvarito Lamas.

Alvaro Lamas junto con Ramón Arroyo de Secretos, son los dos mejores instrumentistas en España de esta peculiar guitarra que se toca en horizontal, sentado en una silla, con púas en forma de uñeros en los dedos puestos como anillos de la mano derecha y el Steel metálico en la mano izquierda para acariciar las diez cuerdas que lleva, no acabando la complicación ahí sino que sigue con los pies pisando dos pedales y con los muslos inclinando el mástil con otros dos artilugios que lleva el "dichoso" instrumento.

De esta manera, Santi ha recuperado el primer sonido de Limones con canciones tan emblemáticas en su carrera como “Te voy siguiendo” ó con el reestreno mundial, como dijo el propio Santi, del tema “Acaso”, nunca oído en directo hasta esta fecha (por mí), ya que la canción está basada en el apoyo constante del sonido de la steel guitar.

No obstante, a parte de firmas recogidas para que Santi vuelva a pisar un estudio y saque nuevo disco, la puesta en escena de Limones con su repertorio se muestre un poco repetitivo, al tener escasa variación. Para sus incondicionales y paisanos (había mucho galego en la sala) quizá no les importe esto último, pero se le debe exigir un poco más a Santi para que saque algo nuevo que tanto ansiamos todos. No se puede alargar más lo inalargable, todo caduca y más si se repite en exceso.

Comentando la puesta en escena, decir que aparecieron con un cierto aire vaquero: Santi camisa a cuadros, pantalón vaquero, pañuelo rojo al cuello y un gorro al más puro estilo Far West que, debido al calor, en la tercera canción abandonó su cabeza para acabar en el suelo al lado de la batería. Y es que con la presencia de Alvarito y su instrumento se respiraba ese aire sureño, como bien dije anteriormente, el silbido siempre estaba en el ambiente quedando por encima del resto de las melodías o arreglos por parte de los exquisitos profesionales con las que se rodeó esa noche Santi Limones.

Dos horas escasas de concierto con ritmos trepidantes con temas como “Sun Sun Sun”, “Contrabando y Surf”, la vaquera “Bom Bom Bom” o ese medley rockanrolero que enlazó con el “Ya lo ves” de los leoneses ochenteros MENTA continuando con el tequilero “Necesito un trago”.

Hubo un momento que el bajista (Carlos Marca) y el guitarra solista (Miguel Sotomayor) se cambiaron los instrumentos, momento que aprovechó el propio Carlos para acompañar en el sonido con un solo de armónica bien acoplado a los ritmos marcados por el bajista eventual, la dura pegada del batería y Santi, con la voz, haciendo que el público colaborara con los coros.

Con las caras nuevas de la banda, más la imprescindible colaboración de Alvaro Lamas es lo que se puede resumir el último concierto de Limones en cuanto a novedad, lo demás: repertorio, aunque muy amplio, un poco ya trillado, donde incluso repitió, como viene siendo habitual “Ferrol”, un himno a su ciudad. Insistimos que los seguidores de Limones deben exigirle algo más a Santi, para evitar ese constante relleno de huecos con conciertos cada tres meses, pero sin sacar novedad alguna (aunque quizá el tema “Acaso” y disfrutar toda la noche del sonido de la steel guitar fue lo que mereciese la pena el haber venido).

Temas que tocaron:

1.- Que fue de ti
2.- Te voy siguiendo
3.- Ferrol
4.- No está nada mal la soledad
5.- Bom Bom Bom
6.- Acuarela
7.- El canto de la sirena
8.- Horizontes
9.- Es mejor
10.-El escenario de un club
11.-Dame tu amor
12.-Canción de amor
13.-10 cañas
14.-Acaso – (Reestreno mundial)
15.-Contrabando y Surf
16.-Ya lo ves – Necesito un trago
17.-Por toda la Tierra
18.-Trenes sin destino
19.-Sun sun Sun

Bises:
Bis 1.- Hace mucho tiempo que no se de tí
Bis 2.- Lluvia
Bis 3.- Ferrol (rep.- con armónica haciendo sonido de la gaita)

Componentes e instrumentos:
Santi Santos: Voz, guitarra acústica, eléctrica.
Álvaro Lamas: Pedal Steel Guitar
Miguel Sotomayor: Guitarra solista
Carlos Marca: Bajo y coros
Pipo García: Batería

[Juan Ramos. Imágenes: Luís Romero, Nuevaola80]

miércoles, 22 de marzo de 2006

Siniestro Total: Moby Dick (Madrid)


La policía busca a cinco individuos que en la madrugada del pasado 22 de Marzo, causaron diversos altercados y disturbios en una conocida sala de conciertos de Madrid, arengando con discursos revolucionarios al público, dándose posteriormente a la fuga en un vehículo robado con el que provocaron graves daños en el mobiliario urbano de la capital. Son altamente peligrosos y se hacen llamar “Siniestro Total”, y pertenecen a un conocido club mafioso llamado Botafumeiro con sede social en Vigo.

Si los ven no canten sus canciones, o también acabarán formando parte de tan selecto club de desalmados.
El cabecilla de la banda Julián Hernández (voz y guitarra) y sus secuaces, a saber, Oscar García Avendaño (bajo y coros), Ángel González (batería), Javier Soto (guitarra) y Jorge Beltrán (saxo y teclados), deleitaron a la repletísima Moby Dick durante más de hora y media con un elenco de temas rescatados desde sus primerísimos discos hasta nuestros días.

Comenzaron su insurrecto discurso con “Cuanta puta y yo que viejo” entrelazando las canciones con comentarios totalmente caóticos y cachondos, haciendo honor a la historia de este grupo gallego.
Continuaron con la versión de los Dead Kennedys “La luna sobre Marín” (Moon over Marin) y “Tan hermoso”. Sonaron muy fuertes, mucha potencia, y mucha carne en el asador, lo que aprovechó el numeroso público para bailar de forma enfurecida muchas de sus canciones.

Siguieron su alocución recordando la relación amor-odio con la “Dolores”, “Una palabra tuya”, “Cultura popular” y “España se droga”.

Tumbados a la bartola, nos cantaron un Soul de un chino que había sufrido el Síndrome de Estocolmo.
Como en los viejos tiempos, comenzaron el primer bis con un popurrí con varios temas, todos entrelazados, “Soy un artista”, “Purdey”, “Todos los ahorcados mueren empalmados” (era gracioso ver a Julián pegado al micro soltando estrofas a una velocidad bestial, con la cara medio desencajada, resultando totalmente incomprensibles al menos para mis oídos) y “Al fondo a la derecha”.

Y llegó uno de los grandes momentos del concierto, Julián Hernández mandolina en mano comenzó a tocar, según él, la canción más famosa de la música tocada con este instrumento, el público desconcertado se miraba entre sí, hasta que empezaron a sonar los acordes del “Losing my religion” de R.E.M, y la verdad es que sonaba muy muy bien.

La cosa duró un minuto escaso, lo que tardó el público en tomárselo a cachondeo, y acto seguido sorprendieron con Emilio Cao, versión de David Watts, y uno de los temas que dieran a conocer con sus primeras maquetas.

Después, uno de los clásicos, “Bailaré sobre tu tumba” con el que el público enfervoreció aún más si cabe, a lomos de las magníficas guitarras de Julián y Javier nos deleitaron con el filosófico “Quienes somos, de dónde venimos, a dónde vamos”.

Posteriormente nos fuimos hasta las mismísimas Islas Cíes, a matar Jipis, y volvimos a ver la cara desencajada de Julián mientras recitaba estrofas indescifrables a una velocidad de vértigo, soltando los consiguientes perdigones sobre las primeras filas del respetable, que aprovechaba los acelerones de este tema para empujarse y bailar como posesos.

Luego lo dieron “Todo por la napia”, tocaron “Chusma”, y se despidieron con el “Sweet Home Alabama”, en versión gallega, mundialmente conocida por “Miña terra galega”, que aprovecharon alargándola para presentar a la banda haciendo cada uno sus pinitos con sus respectivos instrumentos.

Pero la gente pedía más, y volvieron para un segundo bis, y no se les ocurrió otra idea, que hacer una excelente versión del “God save the queen” de los Sex Pistols, que dejó boquiabiertos a los presentes, fue algo tremendo, ¡¡si me pareció ver la aparición fantasmal del mismísimo Sid Vicious!!

Continuaron, pidiendo la cuenta con el “Diga que le debo”, siguieron con la incestuosa “Bésame, soy gallego”, y evidentemente no iban a salir vivos de allí sin antes cantar el “Ayatollah!”, que fue el acabóse, la gente perdía las monedas, volaban los líquidos (no sé decir de qué tipo de líquido se trababa), se empujaban, se caían, etc, etc.

Y por último “Vamos muy bien”, y vaya que sí, nos fuimos muy bien, después de contemplar que Julián y Cía. siguen en plena forma, que dieron un conciertazo, que hubo mucho cachondeo, y que fue, al fin y al cabo, una auténtica fiesta.

[Javi Bernal, Nuevaola80]

viernes, 17 de marzo de 2006

Ramoncín: Galileo Galilei (Madrid)

Foto: Javi Bernal
Al menos setecientas personas se dieron cita en la madrileña sala Galileo Galilei, una de las míticas de los años ochenta que aún sigue ofreciéndonos grandes espectáculos, para ver a uno de los clásicos del rock español, Ramón J. Márquez “Ramoncín” y su Banda Eléctrica.

“El rey del pollo frito”, con más de medio siglo a sus espaldas y al menos un centenar de canciones en su haber, ofreció uno de los conciertos más grandiosos que se han podido ver en la capital en los últimos meses.
La sala a reventar, colas en la puerta desde una hora antes del inicio del fastuoso evento, y Ramoncín junto a su banda, en plena forma, fueron capaces de ofrecer una exhibición de dos horas y media, veintidos canciones, y hubo para todos los gustos, desde el rock cheli del Rock and Roll Duduá, hasta las canciones más intimistas y medios tiempos como Lágrimas de Luna.

Debo admitir que me sorprendió y además muy gratamente, ver que encima del amplio escenario había dos baterías, en una Oscar Losada, en la otra David Castellón, ambos aporreando sendas baterías mirando sus partituras, era asombroso que no equivocaran ni un solo golpeo en sus parches.

Y completando la Banda Eléctrica estuvieron Nacho de Lucas a las teclas, Oscar Castellón a la guitarra, Juan Carlos “Pelos” Álvarez al bajo, Charly al violín, Paco Avilés a la otra guitarra, y como no Ramoncín (camisa negra y vaqueros) dando la cara en el micro, guitarra y armónica.

Tuvo un buen comienzo, por si había alguien distraído pensando en las musarañas, nada mejor que unas atronadoras guitarras tocando los fabulosos acordes del Putney Bridge, con la que se metió directamente al público en el bolsillo, que entusiasmado coreaba y saltaba, mientras Ramoncín jugaba a actualizar alguna que otra estrofa como “si manda Bush, es que algo anda mal”.

Siguieron con Déjame, Estamos desesperados, donde Ramoncín hizo buena gala de su dominio de la armónica, La chica de la puerta 16, Reina de la noche, Veneno.

En algunos momentos se le veía un poco fatigado, pero para eso están los medios tiempos, para dar un respiro, y qué mejor que Como un susurro y Hola Muñeca para bajar las revoluciones y amansar al público para volver a despertarlo con Canciones Desnudas. En estos tres temas la banda contó con la regia colaboración de José Miguel Fernández Sastrón a los teclados.

A estas alturas de concierto, ya le había caído un tanga de color rojo, que guardó en el bolsillo de su vaquero.

La banda, sin hacer grandes demostraciones unipersonales, realizaba un trabajo excelente, perfectamente compenetrados.

Continuaron con La pared, dedicada a un chico del barrio donde vivía Ramoncín, al que mataron por robar un coche.

Prosiguieron con una de las canciones, a mi modo de ver, más bonitas y que dejaron un especial regusto entre los asistentes, Lágrimas de Luna, una balada, un medio tiempo espectacular, profunda, íntima. Por cierto que en el acústico de la Fnac, suena especialmente bien.

A un pequeño sector que pedía insistentemente Felisín el bacilón, les dedicó unas palabras, que venían a decir que fueran insistentes con las cosas que son posibles e importantes y que hay que reivindicar en esta sociedad y no con las cosas imposibles como el cantar esa canción.

Las ultimas canciones antes de llegar al bis fueron, Dos vidas, la barriobajera Blues para un camello, Rock and Roll Duduá rescatada del WC, Al límite que alargada sirvió para presentar a toda la banda y terminaron con La cita.

En el bis tocaron Una como tú, rescatada del 20 años de Canciones, una tremenda versión del Roadhouse Blues de The Doors, con mención especial a Jim Morrison, una de las leyendas de la historia del rock.
Continuaron con tres canciones recuperadas del Miedo a Soñar, como Sangre y lágrimas, Miedo a soñar y En el ojo de un Dios.

Y para terminar no podía faltar Hormigón, Mujeres y Alcohol, todo un clásico del rock nacional para poner el broche de oro a una noche mágica, la gente totalmente volcada y entregada, acababa de presenciar un majestuoso espectáculo de dos horas y media de buenas canciones y mejor sonido en directo.

Y por si fuera poco, los que tuvieron la suerte (yo no) de llegar a tiempo al stand de venta de discos, se llevaron puestos los primeros 74 minutos del concierto que acababan de presenciar a un precio insignificante para los tiempos que corren, cinco euros.

Muy interesante la iniciativa de grabar el concierto y venderlo a la salida, es la manera más fácil y rápida de decir “Yo estuve allí”, y nosotros estuvimos allí para verlo y disfrutarlo.

Gracias a toda la banda por el magnífico concierto, y a Manuel Silva por su amabilidad.

Set List:

1.Putney Brigde
2.Déjame
3.Estamos desesperados
4.La chica de la puerta 16
5.Reina de la noche
6.Veneno
7.Como un Susurro
8.Hola Muñeca
9.Canciones desnudas
10.La pared
11.Lágrimas de luna
12.Dos vidas
13.Blues para un camello
14.Rock an Roll duduá
15.Al límite
16.La cita

Bis:

1.Una como tú
2.Roadhouse blues
3.Sangre y lágrimas
4.Miedo a soñar
5.En el ojo de un Dios
6.Hormigón, mujeres y alcohol

[Javi Bernal. Nuevaola80 Madrid]

martes, 14 de marzo de 2006

Kikí d'Aki: Siroco (Madrid)


Como quien da un refresco, parafraseando a Manolo García, bien podría titularse el mini concierto que dio Kiki D´Akí en el Siroco como parte de la conmemoración del 27 aniversario del programa "Flor de Pasión".

Ante la atónita mirada de su amigo Juan de Pablos y (bien) acompañada de su inseparable Ignacio López de Haro a la guitarra, Antonio Pazos al bajo más el añadido de una programaciones que dotan al sonido de un ligero toque noise que lo diferencian del de antaño, Maria José salió a escena manteniendo el mismo rictus que exhibió hace 25 años en el Carolina o en El Sol, ese derroche de timidez, ese pasional universo naïf que destila su sola presencia, ese halo de autenticidad escondido tras la cortina de una aparente melancolía . Era como si no hubiera pasado el tiempo en su falda de pajaritos verdes o en las sienes, ya plateadas, de los que tuvimos el placer de admirarla primero y añorarla después cuando la inopia discográfica la olvidó y nos privó de una propuesta sinigual en el pop español de la que han bebido, a posteriori, grupos como Le Mans o La Buena Vida, por citar solo un par de ejemplos.

Cuando sonaron los primeros acordes de "Quiero verte llorar", originalmente maquetado en el 86, un clima de complicidad flotó por el ambiente de la sala, mitad por la intemporalidad de su letra y mitad porque fue, de los cuatro que hizo, el más conocido de todos. A continuación, la deliciosa "La televisión", otra composición de Ignacio incluida en "Mi colección", su anterior álbum, no hizo sino corroborar la sensación de que no es condición imprescindible la innovación extrema para mantener el listón de la originalidad a gran altura.

Para acabar, estreno de dos temas de su recién publicado trabajo, "Villa Flir": "Junto al mar" y "Corazón cansado", por las que fluye la constante de unas letras tan, por sencillas, exquisitamente elegantes, que provocan de inmediato la empatía en la más blindada de las sensibilidades y que no son sino una continuación, entiéndase como alabanza, de aquel mini LP del 84 aunque ya no esté El Zurdo por medio; es obvia la universalidad del lenguaje poético cuando se trata de aplicarlo a una voz tan personal e intransferible como la de Kiki y eso lo han sabido leer a la perfección, salvando las distancias, tanto Fernando en su día como Ignacio en la actualidad.

Por desgracia, no dio la cosa mucho más de sí, ni los fieles ni los treintañeros, que eran mayoría absoluta, nos atrevimos tan siquiera a pedirle un par de bocados más, seguramente todos éramos conscientes de lo placentera que resulta la brevedad de lo bueno, lo cual no lleva implícita la renuncia a una cena completa con mesa, mantel y cubertería de lujo, nos la debes, Kiki.

[Aurelio Sánchez. Imágenes: Javi Bernal, Nuevaola80]

viernes, 3 de marzo de 2006

La Frontera y Coque Malla: El Sol (Madrid)


Los seguidores de este grupo madrileño de estilo country-pop-rock están de enhorabuena al degustar ese último trabajo del grupo, un recopilatorio con temas remasterizados como es “Veinte años y un día” en doble formato, que viene acompañado por esta gira que están realizando a lo largo de todo el país. En Madrid, en El Sol, con la sala llena, el whisky corriendo al lado de las cervezas y el público, SU PÚBLICO saltando y tarareando cada estrofa o estribillo: el éxito estaba asegurado.

La base del grupo sigue siendo la voz (voz no, vozarrón) de Javi Andreu, más el acompañamiento en el ritmo de un Tony Marmota, quien sabe leer como nadie el estado de la garganta de Andreu para acompañarla sabiamente en cada momento con su delicioso bajo. Andreu se para, susurra en un lance de una canción, y Marmota de inmediato acaricia las cuerdas de su Gibson como si fuera la cara del bebe más delicado, de golpe Andreu cambia el registro en la voz, subiendo el tono, y Tony, como un torbellino, cambia la velocidad de punteo de sus dedos, para marcar el ritmo a una velocidad espantosa, la requerida por el Andreu, hasta tal punto que los apéndices de su mano derecha semejan “alas de mosca” totalmente imperceptibles al ojo humano. ¡Qué manera de tocar, Tony!

Cabe remarcar que, aún conociendo la profesionalidad y experiencia de los dos fundadores de La Frontera, (Andreu y Marmota), es de agradecer lo bien que han sabido acompañarse por el resto de los músicos, eligiendo a un grupo mediático, en su estilo, como son Garage Jack, para llevarse a tres de sus componentes como sangre nueva: Nico (guitarra steel), Oscar (guitarra solista) y Carlos Toja alias "Trujo" (batería); todo esto más un violinista como Suso que exprime su instrumento hasta conseguir un sonido más cercano al estilo country-cancan-punky-rock por la velocidad de su interpretación entre el arco y las cuatro cuerdas. Tampoco se pueden olvidar los coros que, exceptuando a "Trujo", cantan todos.

El concierto que comenzó sobre las 23:30, quizá un poco corto, poco mas de una hora, pero eso sí, muy intenso a un ritmo de Rock and Roll inmenso, pero acariciado por las melodías creadas por Andreu convertidas en canciones magistrales. Con “Diez minutos de pasión” te queda el gustillo por una canción íntima y bonita al mismo tiempo, para dar paso a la electrizante “Judas el Miserable” no sin prestar atención a la versión que hicieron en el inicio del mítico “Pobre tahúr”, con un inicio en clave de blues para luego pasar, en la segunda estrofa, a su versión original: Rock'n'Country puro y duro, trepidante y electrizante. Pero la canción con la que la sala vibró a tope, y a mi gusto de las más bonitas de todas las que se han escrito en este país en los últimos años, es “El Limite”, siempre levanta al respetable (aunque prácticamente estaba ya entregado desde los primeros acordes de la primera canción), donde todos colaboran, casi sin quererlo, coreando a todo lo que da la garganta: “El límite del Bien..., El límite del mal, ahahah…”.

En un momento dado, sin que nadie se lo esperase, apareció Coque Malla, gran amigo de la banda, para interpretar, en magnífica conjunción con el resto del grupo, “Otro trago más”, para luego desaparecer entre bastidores sin mas.

Apuntar que Javi Andreu nos amenizó, en diferentes momentos de la actuación, con su armónica, dándole ese toque vaquero tan característico del grupo madrileño. Otro detalle precioso fue la interpretación de la canción, en acústico, que cantó el sólo, en el primer bis, “Aunque el tiempo nos separe”, con la bonita guitarra Gretsch blanca que sacó, tirando del trémolo para mantener el sonido.

Acabando en los bises Javier Andreu hizo alguna mención, no muy cariñosa a Bush, en su “Viva Las Vegas”, junto con otro mensajito lanzado a Gallardón por el tema de los parkímetros y las obras en la capital. ¡Qué mejor momento! Todo un showman este Andreu que, junto con la imagen de Tony Marmota pareciendo un enterrador del far west, sombrero incluido, el guardapolvos y una mezcla de piloto futurista, como si hubiera salido de la película Mad Max, ¡Auténtico!

Dieron por terminada la actuación sobre a las 0:48 h: Larga vida a LA FRONTERA.

Temas que tocaron:

1.- La ley de la horca
2.- Mi dulce tentación
3.- Dale gas
4.- Valle de lágrimas
5.- Tren de medianoche
6.- El límite (1989)
7.- Dos balas perdidas
8.- Duelo al Sol
9.- Pobre Tahur
10.- Diez minutos de pasión
11.- Otro trago más (con Coque Malla)
12.- La traición
13.- La Frontera
14.- Judas el Miserable

Bis 1.- Aunque el tiempo nos separe (en acústico sólo con guitarra Gretsch)
Bis 2.- Mi destino
Bis 3.- Si el whisky no te arruina…
Bis 4.- Viva Las Vegas.

Componentes e instrumentos:

Javier Andreu: voz (arrón), guitarra y armónica. (Guitarra Gretsch)
Tony Marmota: bajo y coros. (Bajo Gibson)
Nico Alvaez: guitarra (steel) (Guitarra Gibson S-335 con caja)
Oscar Rama: guitarra solista (Guitarra Fender Telecaster)
Suso Moreno: violín (violín acústico con pastilla)
Carlos Toja, "Trujo" (batería Sonor un solo timbal, 4 platos)

Coque Malla: invitado a la voz en “Otro trago más”

[Juan Ramos. Imágenes: Javi Bernal, Nuevaola80]