viernes, 10 de febrero de 2012

Mamá: Moby Dick (Madrid)

Foto: Mercedes González
Si Mamá sigue sonando con fuerza treinta años después y llena el local de gente dando saltos, será por algo. Su compenetración, el entusiasmo que derrochan y el talento que llevan consigo hacen que el ambiente se llene de ganas de pasarlo bien y de meterse hasta la médula en sus canciones. El pasado viernes 10 de febrero en la sala Moby Dick, llevaron un repertorio que, a pesar de ser amplio (22 canciones y 4 bises), nos dejaron como siempre: con ganas de que no termine nunca.

A pesar de que el último álbum “Sólo por hoy”, lleva en el mercado cinco meses, suene lo que suene todo el mundo corea a voces y de memoria. Lo mismo que cualquier tema del anterior, “La mejor canción”, o los grandes clásicos. Todos combinan entre ellos como si se tratara de un único hilo e incluso han demostrado hace poco ser perfectamente adaptables a conciertos acústicos.

Los Mamá de ahora lo componen tres de sus miembros originales: José María Granados, el “alma mater” y principal compositor, que consigue con su energía, sus gestos y su voz tirar los muros abajo. Carlos Rodríguez lleva la guitarra solista aunque sabemos de su talento para tocar casi cualquier instrumento. Miguel Gutiérrez del Arroyo, “Guti”, más en forma que nunca, toca la batería con una precisión y fuerza como pocos. Rematan el grupo Salva Ruano, un guitarrista excepcional aunque se empeñe en afirmar que lo suyo es la batería y Pepe Bermejo al bajo, preciso y entusiasta.

El concierto comenzó, como suele ser habitual, con “Nuevo Color”, que es uno de los grandes clásicos del pop en este país, seguido por “Mal de amores”, que ya se ha convertido en otro clásico. Sin descanso y a tope, se encadenaron algunos de los más grandes temas: “Muñeca de Reyes”, “Hasta que tú me digas”, el eterno y esperado “Ya no volverás”, una de las favoritas del último álbum: “Marcha atrás”, o el mejor “Ligarse a Vicky” que han tocado en los últimos tiempos (con esos ¡¡¡Vickyyyyy…!!!” que siempre esperamos). Antes de que sonara una de las más emblemáticas, “Hora punta en el metro”, sonó “Hoy somos tres”. Seguimos después coreando a grito pelado “Chica cruel”, “En buenas manos”, y “El número equivocado”: así vemos cómo a veces ni se nota la diferencia entre canciones que se llevan décadas entre sí.

“Despeinada” es uno de los temas recién rescatados, que se iba a tocar en el concierto preparado justo antes de la separación del año 83 y que José María grabó y tocó en solitario. “Sólo por hoy”, que da título al trabajo más reciente, bajó un poco el ritmo aunque no el entusiasmo, para dar paso a tres temas seguidos cantados por Carlos: “Mucho que aprender”, “Regresas a casa a las diez”, y por primera vez en directo, “Lo que calla la voz”. No hay nadie que no comente lo mucho que nos gusta escucharle como solista.

Antes del final… otros cinco temas para terminar de rematar al público, ya con un ritmo frenético: “Botellas”, “El figurín”, no podía faltar “El último bar”, “Nada más” por supuesto, acabando con “Escóndete”, que aunque no es de las más conocidas es sorprendentemente una de las favoritas.

Tras el “Momento Guti” que nunca falta, en el que agradeció la presencia de su médico, llegaron cuatro bises empezando por “La mejor canción”, “Di que no” sonando por primera vez en directo y “Esa música otra vez”, para despedirse con otro rescate reciente, el “Cómo lo ves”, que nos dejaron a todos agotados pero deseando seguir unas cuantas horas más.

Esperamos verles de nuevo pronto, sobre todo con ese nuevo EP de cinco canciones con el que nos están poniendo los dientes largos, y que escucharemos en mayo.

[Mercedes González. Nuevaola80 Madrid]

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