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domingo, 10 de noviembre de 2013

Duncan Dhu: Teatro Price (Madrid)

Foto: Javi Bernal
Doce años después de su separación, Mikel Erentxun y Diego Vasallo, Duncan Dhu, volvían a subirse juntos a un escenario. Por segunda noche consecutiva el público madrileño abarrotaba el Teatro Circo Price, una plaza injustamente olvidada por muchos artistas, pero que ofrece un formidable espacio para disfrutar de la música como pocos emplazamientos de la capital, tanto por tamaño como por acústica.

No se hicieron esperar demasiado, aunque supongo que a muchos de los asistentes ese cuarto de hora de retraso se les hizo eterno, casi más que los doce años de ausencia de la banda.

Mientras sonaba "Girl from the north country" de Dylan, hacían su aparición en el escenario los componentes de la banda, formada por Joseba Irazoki en la guitarra, Carlos Arancegui a la batería, Mikel Aspiroz en los teclados y coros, Fernando Macaya en la segunda guitarra y steel guitar, y por supuesto Diego Vasallo en voces, armónica y bajo, y Mikel Erentxun a la voz y guitarra acústica.

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero siempre existe la excepción que confirma la regla, y esta es una de ellas. Estos años de separación han servido para ver una banda con mucha más madurez, experiencia y solidez encima del escenario. Abrieron el concierto con una de las canciones del nuevo Ep, "Cuando llegue el fin", con banjo incluido, muy buen sonido, compacto, alejado de las melodías pop más fáciles que el público en general recuerda cuando le viene a la mente el nombre de Duncan Dhu.

Más cerca del country rock y el folk se fueron sucediendo temas del nuevo disco como "No dejaría de quererte", "El duelo", entremezcladas con temas antiguos quizás de los menos emblemáticos de su carrera, pasados por el filtro de ese nuevo sonido más sólido, envueltos con el aura de la steel guitar, a los que han dado una segunda juventud, otra vuelta de tuerca, como "A tu lado", "A tientas", "Nada", "Siempre", "Rozando la eternidad", "Como dioses pequeños".

Encima del escenario mientras la banda desgranaba uno a uno los temas elegidos para esta gira, se distinguían dos fases, dos polos opuestos, dos mundos distintos pero complementarios y necesarios. Por un lado la luz, la inquietud, el entusiasmo, el desenfado de Mikel Erentxun, contrastando con la sobriedad, la languidez, la timidez, la oscuridad de Diego Vasallo, ensimismado en su bajo, mostrando sus fabulosas aptitudes con la armónica, y deleitando al personal embobado, recordando a Johnny Cash o Tom Waits, con su voz ronca, rota, profunda, como un susurro en canciones como "Lobos", "Los días buenos" o "Llora guitarra". Desde luego lo que no se puede negar es la fastuosa capacidad compositora de Diego Vasallo, hay que quitarse el sombrero ante uno de los mejores letristas de este país, que tiene gran parte de culpa de que Duncan Dhu haya llegado hasta aquí después de tantos años de carrera.

Aproximadamente a la hora de concierto se produjo un punto de inflexión con "Una calle de París", que sirvió de catapulta a algunos de los éxitos de la banda, lo que produjo un gran regocijo entre el público, que ardía en deseos de escuchar los grandes hits de la banda, siempre alentado por el carismático Mikel Erentxun.

Mikel estuvo muy locuaz toda la noche, muy cercano al respetable, se le notaba a gusto y disfrutando con esta gran celebración. Aprovechó en varios momentos del evento para ensalzar el gran trabajo de la banda, pero sobretodo la gran labor letrista de Diego Vasallo, como por ejemplo en "La última canción", de la que dijo es la mejor canción escrita por Diego en toda su carrera, ahí es nada.

El público no cesaba de corear las canciones del grupo, acompañadas de eternos aplausos. Sonaron "La casa azul", "No puedo evitar pensar en ti", "No debes marchar", "Entre salitre y sudor", "Rosa gris" con Diego a la voz, "Palabras sin nombre" (éstas últimas las favoritas de un servidor) y se marcharon con un público entregado cantando "En algún lugar".

Con el respetable ya metido en el bolsillo volvieron para tocar en una segunda tanda más canciones inolvidables como "La barra de este hotel", de la que Mikel dijo estaba influenciada por la música de Elvis de finales de los 60, "...cuando vestía de blanco, pero aún no estaba gordo...", y que como desgraciadamente pasó con muchos otros grupos y discos, la canción tal como se grabó en su día no era lo que ellos esperaban o habían pensado, pero ya sabemos que por entonces las compañías discográficas hacían y deshacían a su antojo. Lo que sí pudimos disfrutar es de un Mikel Erentxun enloquecido al final del tema lanzando su guitarra, y bailando al más puro estilo rockabilly.

Sonaron unas rejuvenecidas "Cien gaviotas", "Esos ojos negros", "La herida", antes de volver a marcharse, aunque no tardaron mucho en reaparecer, pues el público al unísono se había arrancado a cantar "Esos ojos negros", uno de los momentos mágicos de la noche, de los que se te ponen los pelos como escarpias, la gente seguía cantándola incluso con la banda de nuevo en el escenario.

Para poner el broche de oro a una noche inolvidable se despidieron con "Jardín de rosas" y "Mundo de cristal" tras casi dos horas y media de concierto , donde demostraron que su regreso no atiende a motivos económicos ni nostálgicos, sino que han demostrado que detrás de este espectáculo existe un trabajo y un esfuerzo por crear nuevos temas y actualizar otros de antaño, pero que siguen haciendo disfrutar a gente de varias generaciones.

Duncan Dhu, Teatro Circo Price (Madrid). 10 de Noviembre de 2013.
[Javier Bernal. Nuevaola80 Madrid]

jueves, 5 de junio de 2008

Glutamato Ye Ye: Joy Eslava (Madrid)

Aunque el año pasado ya pudimos disfrutar de un pequeño preludio en la Fiesta de la Movida en la sala Siroco, casi 20 años después Glutamato Ye Ye se subió el pasado 23 de Mayo a un escenario para dar un gran concierto multitudinario en la Joy Eslava con un extensísimo repertorio con los temas más emblemáticos de esta irreverente e irónica banda.

Como teloneros estuvieron Juanita y Los Feos, que aunque el público no los animó mucho hicieron una buena actuación. Me sorprendieron gratamente con la puesta en escena y el estilo musical, en algunos momentos me recordaron muchísimo a los Pegamoides. La verdad es que se agradece que aún haya grupos que lleven ese espíritu ochentero dentro. Canciones rápidas y contundentes, letras ásperas e incluso desafiantes.

La sala casi repleta del público más variopinto esperaba la salida de la banda. Los primeros en salir fueron Patacho (guitarra), Charly Hens (batería) y Fino Oyonarte (bajo), y comenzaron a sonar los acordes de “Temblando despertaré”, sumandose poco después el inefable Iñaki, vestido con traje negro, una melena abundante y sin bigote hitleriano, al micrófono.

Casi dos horas de concierto, de menos a más, empezaron un poquito nerviosos quizas, pero en cuanto se calentaron, contagiaron la algarabía y el despiporre al público que coreaba todos los temas. Un juego de luces extraordinario y un sonido espléndido completaron un concierto inolvidable.

Patacho y Fino estuvieron más tímidos, pero Iñaki se encargó de equilibrar la balanza, no paraba de moverse por todo el escenario, incluso se bajó y se metió entre el público al que animó a saltar mientras él cantaba. Y por si fuera poco nos deleitó con par de “calvos” a mitad de concierto, lástima que no me dio tiempo a dejarlos plasmados en una instantánea.

Patacho dio rienda suelta a su gran experiencia y profesionalidad, y se bastó para llenar la Joy con los acordes de su guitarra. Para algunas canciones contaron con los coros de los Happy Loosers y para la parte final se subieron con sus respectivas guitarras Josele Santiago (ex Enemigos) y el Goma (La Broma de Satán) para acabar bailando la conga todos juntos.

No faltaron temas clásicos como “Corazón Loco”, “Algo suena Tic Tac”, “Nacido en los EEUU”, “Un hombre en mi nevera”, “Hey Tio”, “Todo va dabuten”, “Todos los negritos...” y otros temas no tan conocidos pero igualmente buenos como “Narcosis”, “Que vamos payá”, “La balada de Karen Kirlan” ó “Comamos cereales”, así hasta completar 28 canciones nada más y nada menos, un completo repaso por la historia de este mítico grupo de la movida madrileña.

Esperemos que no pase tanto tiempo hasta el próximo concierto.

[Javi Bernal, Nuevaola80]

martes, 22 de mayo de 2007

Olé Olé: Buddha del Mar (Madrid)

Olé Olé en un ambiente de lujo

El pasado día 22 de Mayo, tuvimos el placer de asistir a la presentación del nuevo disco y que sirvió a la vez para certificar el regreso de Olé Olé en la sala madrileña Buddha del Mar. El evento se celebró en medio de un ambiente de lujo donde no faltaron, alfombra roja, barritas de incienso, bebidas, comida y famoseo.

Aunque estábamos citados a las 21.30, el concierto no comenzó hasta dos horas después, que como digo fueron amenizadas con música, bebidas y bandejas de canapés, en brazos de ataviados camareros.

A las 23.30 subieron al amplio escenario, preparado con tremendos focos de luces de colores, los componentes del grupo: Gustavo Montesano (guitarra), Luis Carlos Esteban (teclados), la explosiva y despampanante Marta Domínguez (voz), acompañados de un bajo y un batería.

A esa hora la sala registraba ya una buena entrada, y después de las pertinentes presentaciones y comentarios de Gustavo, comenzó el espectáculo. Marta, la joven chica de las piernas interminables, vestida con minifalda y top con una especie de plumas de pavo real, cantaba “Voy a mil” para abrir el concierto. Quizás estuvo un poco nerviosa al principio, pero poco a poco fue centrándose y cada tema que fue interpretando después se notaba mucho más tranquila.

Posteriormente hicieron “Amor de aire”, que así se titula el nuevo single, un tema de fácil escucha. Bajo un sonido espectacular siguieron sonando temas como “Lili Marlene”, la profunda “Perdidos en el mal” que Marta cantó sentada en una silla, alumbrada a media luz por un foco azul y rosado, acompañada por los teclados de Luis Carlos, o “Yo soy infiel”, otro de los temas nuevos y el favorito de la cantante canaria.

La verdad es que ya sabemos de las cualidades de Gustavo y de Luis Carlos, así que la gran incógnita era saber si Marta también estaría a la altura, y creo que no hubo lugar a dudas, la joven cantante, quizás todavía falta de desparpajo, demostró que a parte de su indudable belleza, goza de unas grandes cualidades vocales y que además sabe aprovecharlas.

Después tocaron canciones como “Con solo una mirada”, o las recicladas “Adrenalina” y “No controles”, donde la gente saltaba y bailaba a la par de Gustavo Montesano con su guitarra. Tras esto, se despidieron del público, pero ante la insistencia y el clamor de la sala, decidieron salir a hacer un bis, de nuevo el recién estrenado single “Amor de aire” con el que dieron por finalizada la actuación, 45 escasos minutos, seguramente el único reproche de la noche, la brevedad del concierto, pero ya se sabe, lo bueno si breve...

Aún queda mucho camino por recorrer, si es que están dispuestos a ello, pues a parte de recuperar viejos temas y reciclarlos a través de las nuevas tecnologías, estaría muy bien que dieran una vuelta más de tuerca, intentando crear nuevos temas y estilos que sirvan de referencia e influencia para otras jóvenes bandas. El tiempo lo dirá.

[Javi Bernal, Nuevaola80]

viernes, 18 de mayo de 2007

Sabino Méndez: La Boca del Lobo (Madrid)

Una cita irrepetible con Sabino Méndez

Unos cuantos afortunados tuvimos la suerte de disfrutar en un ambiente íntimo y cercano, de una entrevista-concierto de uno de los compositores más importantes del rock de este país, el gran Sabino Méndez, que bajo la atenta mirada de Diego Manrique y no más de 50 ó 60 personas, desgranó su carrera musical y la de los Trogloditas con las respuestas a las preguntas del locutor de Radio 3 y sus canciones desnudas en formato básico de voz, guitarra y teclado.

El evento llevaba por título Canciones Desnudas, y por el escenario de La Boca del Lobo, ya habían pasado días anteriores artistas como Chico Ocaña, de Mártires del Compás o Amparo Sánchez de Amparanoia.

En un ambiente de media luz y frente a dos vasos de whisky solo y separados por una pequeña mesa, se encontraban Diego Manrique sentado en un sillón, y Sabino en una silla rodeado de micrófonos, y con su guitarra apoyada sobre la pierna. Al fondo el teclista Carlos Arjona, que acompañaba a Sabino.

Poquito a poco, fueron sucediéndose preguntas, respuestas, canciones y efusivos aplausos del público. Sonaron temas por todos conocidos como “Rock & Roll Star”, “María”, “El Rompeolas”, “En las calles de Madrid”, “Cadillac Solitario”, canciones inéditas como “Mi bella ayudante en mallas” y alguna versión como “Balanceo de Rock” del argentino Moris.

Como suele pasar en estas ocasiones, el tiempo de radio se agotó y el concierto-entrevista para los oyentes de la emisora nacional concluyó, aunque para los de cuerpo presente en la sala aún quedaban sorpresas por escuchar. Sabino acariciaba con maestría la guitarra, y nos regalaba acordes de algunas canciones que en su día se quedaron en el tintero, y no llegaron a ver la luz con los Trogloditas.

Para finalizar el espectáculo, y fuera de antena, una versión de “Balanceo de Rock”, con el público como corista.

Fue sin duda una cita íntima e irrepetible, que a buen seguro los asistentes narrarán orgullosos durante mucho tiempo.

[Javi Bernal, Nuevaola80]

martes, 15 de mayo de 2007

Kikí d'Aki: Costello (Madrid)

LA SUTILEZA DE KIKI EN COSTELLO

La sutileza en la interpretación de las canciones y la elegancia de las composiciones, son dos virtudes que viajan actualmente bajo el mismo nombre y la misma bandera en nuestro país, eso sí, con el permiso del insustituible Carlos Berlanga, que en paz descanse, de las cuales Kiki d´akí dio buena cuenta en el Costello Club.

Maria José Serrano en la voz, junto a sus dos fieles escuderos, Antonio Pazos en las bases y el bajo y Sergio López De Haro en la guitarra, ofrecieron un buen concierto para el medio centenar de asistentes que se congregaron en la coqueta sala madrileña, entre los que se encontraban algunos artistas de los ochenta como Paco Clavel.

Maria José estuvo inmensa, puedo afirmar que es el concierto donde mejor le he escuchado cantar, a pesar de algún error en las bases electrónicas, no deslució en ningún momento la brillante actuación de la cantante, que seguramente se encontraba motivada por la presencia entre el público de su primogénita.

Tocaron un buen número de canciones de su último disco Villa Flir, junto con algunos temas de Mi colección, y una agradable sorpresa, “Accidente”, su primer single, que vio la luz allá por el año 1.983 bajo el sello de Rara Avis.

La primera canción en sonar fue “Quiero verte llorar”, y a partir de ahí se sucedieron pequeñas dosis de genialidad como “Siete años”, la espectacular “Si hace sol”, “El corazón cansado”, “Junto al mar”, “La televisión” uno de sus mejores temas, “Metrópolis”, la citada “Accidente”, “El color de los días perdidos” o “Es tan facil”, que cantó en el BIS.

Gran actuación y gran sonido, en una joven sala como el Costello Club, que nos dejó muy grata impresión, una bonita decoración, sofás para relajarse mientras tomas algo, y un escenario en la planta de abajo, que parece que en sus días fue un túnel, no sé si del metro, pero resulta bastante curioso.

A parte de disfrutar del concierto, tuvimos la oportunidad de hablar un rato con los integrantes del grupo, que al parecer están preparando el que va a ser su tercer disco desde el comienzo de esta nueva andadura que comenzó en 2003. Según pudimos saber ya hay medio disco grabado en unos estudios de Valencia, y esperan que vea la luz para otoño de este año.

Así que este otoño ya tenemos algo con lo que contrarrestar los días grises de hojas caducas, un nuevo disco de Kiki.

Por Javi Bernal.

jueves, 3 de mayo de 2007

Burning: Joy Slava (Madrid)

LA JOY ABRIÓ DE NUEVO SUS PUERTAS AL MEJOR ROCK AND ROLL

La madrileña y prestigiosa sala Joy Eslava, se vistió de gala para recibir el concierto de dos grandes bandas de rock. Una del otro lado del atlántico, los argentinos La Mancha de Rolando, y otra de aquí, de La Elipa, los incansables Burning, con Jonny Cifuentes al frente.

Este fue el concierto que inauguró una gira conjunta que los llevará por varias ciudades españolas y argentinas, bajo el nombre de Conexión Rock Latino, y que va a llevar a la banda madrileña a tocar por primera vez en su historia fuera de España.

Un buen ambiente y un numeroso público argentino dio una calurosa bienvenida a La Mancha de Rolando, que fueron los primeros en salir al escenario. La legendaria banda argentina mostró un sonido poderoso durante la hora aproximada que duró su actuación, cosa que sus compatriotas supieron agradecer con gran paroxismo. Muy bien conjuntados, aunque la voz del cantante no se oía bien entre las guitarras.

Después del espectáculo de los argentinos, la sala comenzó a llenarse, y dejaron de verse los huecos sin gente, se notaba quién jugaba en casa.

Los Burning saltaron al ruedo, excepto Jonny que se hizo de rogar, y la sala vitoreaba a la banda madrileña. Una mirada hacia atrás antes de que comenzaran a descargar sus dosis de rock and roll, y efectivamente la sala ofrecía un aspecto impresionante, desde la pista hasta los palcos, lleno absoluto.

Edu Pinilla a la guitarra, Carlos Guardado al bajo, Kacho a la batería, Maikol Slingluf al saxo y Jonny a la voz y teclados, abrieron su actuación con “Jim Dinamita”. Por supuesto tocaron los temas ya clásicos como “Que hace una chica como tú en un sitio como este”, “Es especial”, “No es extraño que tú estés loca por mi” o “Esto es un atraco”, y otros no tan clásicos, pero se agradecen en pos de una renovación del set list, como “Extraño en la ciudad”.

Sonido como siempre impecable, Edu Pinilla, haciendo maravillas en los solos de guitarra y Jonny muy activo durante toda la noche. Se nota que llevan ya rodaje y ensayos más que de sobra.

El público disfrutó de lo lindo bailando a ritmo de rock and roll, con “Baila mientras puedas”, y se encendieron mecheros en “Como un huracán”.

En “Mueve tus caderas” apareció el cantante de la Mancha de Rolando para cantar algunas estrofas.
Para finalizar “Una noche sin ti”, con el respetable volcado coreando las letras que en su día escribiera Pepe Risi.

Un concierto extraordinario, como siempre, la banda madrileña poniendo el listón bien alto, en una sala repleta.

Set List
1.- Jim Dinamita
2.- Jack Gasolina
3.-Weekend
4.- Baila mientras puedas
5.- Thank you Sugar
6.- Es decisión
7.- Que hace una chica como tú en un sitio como este
8.- Extraño en la ciudad
9.- Como un huracán
10.- Ginebra Seca
11.- Esto es un atraco
12.- Es especial
13.- Mueve tus caderas
14.- No es extraño
15.- Una noche sin ti

Por Javi Bernal.

martes, 20 de febrero de 2007

Jaime Urrutia: Joy Eslava (Madrid)

GRAN ESPECTÁCULO DE URRUTIA Y CÍA, DONDE RESALTÓ LA FIGURA DE UN PLETÓRICO BUNBURY

Desde mucho antes que abrieran las puertas de la sala, ya había gente haciendo cola en la recientemente remodelada calle Arenal. Cientos de transeúntes, unos con bolsas de la compra, otros regresando a casa después de un duro y tedioso día de trabajo, intentaban abrirse paso a través de la fila que formaban los asistentes al evento, mientras observaban con semblante confuso las puertas de la Joy y seguramente se les pasaría por la cabeza una pregunta, ¿Qué habrá aquí hoy?

Pues había ni más ni menos que un grandísimo concierto que pudimos vivir en la abarrotada sala Joy Eslava, con la presencia de multitud de artistas del panorama musical actual y que sirvió para la grabación del que próximamente será el primer disco en directo en la carrera de Jaime Urrutia.

La sala presentaba un aspecto envidiable, la planta baja era un mar de gente, y alzando la vista, podían divisarse majestuosas las tres plantas restantes llenas de público asomado, esperando que diera comienzo el espectáculo.

No tardaron mucho en saltar al escenario, o al menos, a mí la espera se me hizo corta, había gente de todas las edades, muchos seguidores de Jaime Urrutia evidentemente, pero también muchísimos seguidores de Enrique Bunbury/Héroes del Silencio.

Salieron Los Corsarios, acompañados claro, de Urrutia, con camisa lila, pañuelo blanco al cuello y gorra. Abrieron el concierto con “Delirios de Grandeza”, qué grandes, la Joy se venía abajo desde el inicio. Jaime nos informó de que al tratarse de un concierto para una grabación de un disco, si alguna canción no quedaba bien, la repetirían,” mejor para nosotros” murmuraba la gente, total, en una noche como esa, no hay prisa que valga.

La banda iba acompañada de una sección de vientos, entre los que estaban el saxo Francis García, que se incorporaban dependiendo de la canción, y el segundo tema, los necesitó, ¿qué sería de “Tócala Uli” sin ese magnífico saxo?

A continuación, “¿Donde estás?”, el público esperaba ansioso la aparición de todos los artistas que intervinieron en la grabación del video clip de este tema, pero solamente apareció Loquillo para ayudar con el vozarrón en las dos o tres frases que dice en el tema.

Pero la cara de confusión duró poco en el público, siguieron con “Mentiras”, donde saltó a escena Iván Ferreiro, para poner ese toque pirata que solamente él sabe. Continuaron con “Vestida para mí”, Urrutia sudaba a chorros, la verdad es que no me extrañaba, con la gorra puesta y el pañuelo en el cuello, mientras el público se quitaba capas de ropa, hacía un calor excesivo, pero daba igual, lo importante era que estábamos allí, contemplando la grandeza de Jaime y su grupo.

Para refrescarnos, nos deleitaron con un “Cuatro Rosas”, en cuya presentación Urrutia tuvo palabras de agradecimiento y recuerdo para los demás componentes de Gabinete Caligari. Pereza acompañaron en este tema tan emblemático de la banda, y no lo hicieron nada mal.

Después de “Maribel”, otro tema de Gabinete, en ese sentido Jaime fue generoso, y nos regaló multitud de canciones de su anterior etapa, en este caso la canción era “Caray”, para la que contó con la colaboración, ahora más duradera, de Loquillo, elegante como siempre, el escenario contaba con casi cuatro metros de chulería, con un público encendido, mientras el Loco y Jaime intercambiaban estrofas.

Cuando sonaron los primeros acordes de “Nada por aquí”, la sala pareció temblar, desde distintos sectores gritaban “...dónde está Enriqueeeee”, finalmente Enrique no apareció y los más pesimistas creyeron que Bunbury no había venido.

Con Jorge Drexler, su guitarra y Urrutia solamente en el escenario, dieron una vuelta de tuerca a “Pitusa”, después de salvar los problemas técnicos que afectaban a los monitores de Drexler, en esos momentos de espera a Urrutia se le veía bastante nervioso e incómodo con la situación, pero estas cosas pasan solo en los directos, ¿a que en la tele nunca pasa?... ¿verdad?, pues eso.

El respetable se volvió a animar con “Suite Nupcial”, para entonces, Jaime ya se había desecho de la gorra, de la chaqueta y se había arremangado la camisa, no era para menos, la sala se incendió cuando salió a la palestra Enrique Bunbury, las cámaras no paraban de disparar flashes, el público coreaba “Enriiiique, Enriiiiiique, Enriiiique....”, y por supuesto Bunbury, en plena forma, estuvo a la altura de las circunstancias cantando junto a Jaime “Al calor del amor en un bar” y saludando cariñosamente al respetable.

El siguiente en acompañar a la banda fue Ariel Rot, guitarra incluida, con el que hicieron “Que barbaridad”, para dar paso a la segunda mejor colaboración de la noche, al menos para mi gusto, Amaral, que con su belleza y ese portento de voz que le identifica nos erizó la piel cantando “Camino Soria”, además de tocar la armónica magistralmente al final de la canción.

Continuaron con “La culpa fue del chachachá”, sin casi darnos cuenta entre canciones y aplausos el concierto estaba dando sus últimos coletazos. Hicieron el nuevo tema que ya presentaron a finales de Enero en la sala El Sol, que lleva por título “Tratando”, una canción resultona y pegadiza.

Dani de El Canto del Loco, con camiseta de Los Ronaldos, apareció en el escenario para cantar “La sangre de tu tristeza”, aunque me cueste reconocerlo, tengo que decir que no lo hizo mal el muchacho.

Para cerrar una noche brillante, un tema que huele a despedida, “Nadie me va a añorar”, pues si eso es lo que piensa Jaime Urrutia, desde luego que está muy equivocado, mucha gente lo va a añorar a él y sus grandísimas composiciones.

Parece ser que “Caray” con el Loco, no había quedado del todo bien, así que tuvimos la suerte de volverlos a ver juntos en el escenario. Después, hicieron “Tratando”, sin cantar, al parecer era para la realización de un video clip, y como bien dijo Jaime “...así no nos vamos a ir ¿no?....¿Cuál queréis que toquemos?...”, el grito del público fue unánime, de nuevo “Enriiiiique, Enriiiiiiiique, Enriiiiiiiiique...”, pues tuvieron que ir a buscar a Enrique Bunbury, para cantar de nuevo “Al calor del amor en un bar”, que sirvió como punto y final a una noche en la que lucieron muchas estrellas, pero sobretodo dos, Urrutia y Bunbury.

Por Javi Bernal.

miércoles, 31 de enero de 2007

Sarassas Music: El Sol (Madrid)

UNA ESTRELLA FUGAZ

El concierto que cerraba el ciclo dedicado a la movida en la sala El Sol, había despertado una gran expectación, y es que el protagonista de la noche no se prodiga mucho sobre los escenarios, de hecho las entradas se agotaron bastante antes de la fecha señalada.

El que fuera compañero de correrías y juergas de Almodóvar en los años 80, Fabio McNamara presentó su último trabajo “Mariclones”, para el que ha contado con la presencia de Antonio Villa Toro y Agustín Querol, formando un nuevo grupo llamado “Sarasass Music”.

Dos pantallas en el fondo del escenario, una a cada lado, dos teclados con sus respectivos micrófonos, y el micrófono frontal, era todo el bagaje técnico para esa noche. Los teclados fueron ocupados por Villa Toro, y Querol, mientras que Fabio, ataviado con una chaqueta amarilla, pantalones ajustados, zapatos destellantes y gafas de sol, tomaba los mandos del micrófono.

Proyectaron en las pantallas unos videos, que al parecer ha realizado el que fuera cantante de Kaka de Luxe, Manolo Campoamor. El primer video fue el correspondiente al tema “Y mi marido”, al que siguió la aparición de Fabio en el escenario, entre vítores, aplausos y piropos de todos los tipos. La cosa no comenzó bien, parece que las bases que había preparadas no sonaban, mientras Fabio en su faceta de diva adoptaba posturas corporales muy características.

Comenzó a sonar “Hija de puta internacional” y el público se lo pasaba de maravilla, Fabio en su salsa, en la primera fila podía observarse a un animadísimo Mario Vaquerizo, marido de Alaska, coreando los temas y pasándolo en grande. También estaban por allí Boris Izaguirre y Paco Clavel.

El concierto no dio mucho de sí, 40 minutos escasos, todo fueron canciones del último disco, aunque hubo algún guiño ochentero, como el de “Paparazzi, Suck it to me”, y guiños también a la serie Mujeres desesperadas, por un momento Fabio parecía Bree Van de Camp cantando “Y mi marido”. Hicieron algunos temas más como “Quien es ese hombre”, “Bailando con lobas” o “Mándame 300 euros”.
Mucho cutre-lux, diversión, risas, y una estrella que fue fugaz en su paso por el escenario, las estrellas son así, aunque para ser la última noche del ciclo quizás se podría haber preparado algo más compacto, con más chicha.

Al menos nos queda la satisfacción de haber podido ver a McNamara encima de un escenario, que no es poco.

Por Javi Bernal.

martes, 30 de enero de 2007

Siniestro Total: El Sol (Madrid)

MADRID SE HA HUNDIDO

Julián Hernández y sus secuaces, hicieron disfrutar al respetable de la abarrotada sala El Sol, de uno de los conciertos más divertidos del ciclo dedicado a La Movida. Nos sirvieron una buena ración de canciones con fuerza e ironía a la gallega, que no dejó a nadie indiferente.

Unos se aporreaban hasta en el cielo de la boca diciendo bailar pogo, y otros incrédulos miraban cómo se aporreaban los anteriores, mientras la banda hacía de las suyas en el escenario. La banda, salvo que me falle la memoria, es la misma que el año pasado hizo los madriles durante varios días. Julián Hernández con sus gafas de pasta negras a la guitarra y voz, Javier Soto en la otra guitarra, Oscar Avendaño en el bajo, Jorge Beltrán en el saxo y Ángel González en la batería.

Interpretaron un repertorio muy completo, desde canciones de los primerísimos años cuando cantaba Germán Coppini, hasta algunas de las composiciones para el último disco “Popular, científico y democrático”, todo ello amenizado con los particulares discursos caóticos sinsentido que de vez en cuando a Julián le da por hacer, desde luego imaginación e improvisación no le faltan.

Comenzaron con “Cuánta puta y yo que viejo”, el público ya enfervorizaba y comenzaban los primeros bailes, mientras se sucedían “Cultura popular”, “Ay Dolores”, “España se droga”, “Síndrome de Estocolmo” o “Soy un artista”.

Entre medias algún discurso de Julián, “.... me acaban de pasar una nota, Madrid se ha hundido y somos los únicos supervivientes, así que cuando termine el concierto, nos despelotamos y regeneramos la humanidad....”.

Sonido contundente, Javier Soto espléndido con los solos de guitarra, Julián poniendo sus caras, Oscar Avendaño genial con el bajo, por cierto, que Julián, como el año pasado, volvió a sacar una guitarrita pequeña para tocar en algunos temas.

Luego llegó la parte espídica del concierto, con temas como “Purdey”, “Todos los ahorcados mueren empalmados” o “Al fondo a la derecha”, donde a Julián se le oía berrear más que cantar, porque casi no le da tiempo de terminar las frases con la velocidad que llevaban.

Por supuesto no faltaron clásicos como “La sociedad es la culpable”, “Bailaré sobre tu tumba”, “Quienes somos, de dónde venimos, a dónde vamos”, “Todo por la napia”, “Miña terra gallega”, que sirvió para presentar a la banda, técnicos de sonido, de luces, etc.

Se marcharon, y empezó a sonar el himno de la antigua Unión Soviética, salieron poco después, previa petición del público a base de gritos, y toda la banda se puso en fila en el frontal del escenario con el brazo izquierdo arriba y puño cerrado.

Continuaron con “Diga que le debo”, “Bésame, soy Gallego”, entre otras, para terminar con “Ayatollah”, aquello fue el acabóse, las gotas de sudor de los bailores de pogo eran compartidas amablemente con todos los demás.

Pero aún volvieron una vez más del backstage, para disparar dos veces con “Alégrame el día” (torero) y “Vamos muy bien”, y tan bien que iban algunos.

Conciertazo, dos horas de diversión, calor, pogo, alcohol, tabaco, lo que no era tabaco y mientras, Madrid hundiéndose.

Set List
1.- Cuanta puta y yo que viejo
2.- Cultura popular
3.- Tan hermoso
4.- Ay Dolores
5.- Una palabra tuya
6.- Alimaña
7.- España se droga
8.- Tumbado a la bartola
9.- La de Pedro
10.- Síndrome de Estocolmo
11.- Sobre ti (over you)
12.- Oye nena, yo soy un artista
13.- Purdey
14.- Todos los ahorcados mueren empalmados
15.- Al fondo a la derecha
16.- Emilio Cao
17.- La sociedad es la culpable
18.- Y bailaré sobre tu tumba
19.- Quienes somos, de donde venimos, adonde vamos
20.- Todo por la napia
21.- Chusma
22.- Miña terra galega

Bis 1
23.- Diga que le debo
24.- Yo dije yeah!
25.- Bésame, soy gallego
26.- Dios tiene plan
27.- Ayatollah

Bis 2
28.- Alégrame el dia (torero)
29.- Vamos muy bien

Por Javi Bernal.

lunes, 29 de enero de 2007

Javier Ojeda y Jaime Urrutia: El Sol (Madrid)

UN CROONER SON SABOR DE ANDALUCÍA

Si el malagueño Javier Ojeda hubiera nacido en cualquier ciudad americana, hoy en día estaríamos hablando de una de las voces más reconocidas del mundo de la música, pero nosotros, los buenos catadores de a pie, nos conformamos con poder disfrutar de cada uno de sus trabajos, ya sea con Danza Invisible o en solitario, y saber que es uno de los cantantes más distinguidos del panorama nacional. Un devorador de ritmos, de discos, de influencias de todas las esquinas del mundo, un tipo capaz de interpretar Yolanda con tanta sensibilidad y sutileza como de cantar sumergido en ritmos caribeños “Catalina”, de destrozar cualquier corazón con “La eternidad no dura” o poner el puntito flamenco de la tierra con “Frío en mi corazón”.

Para un andaluz fuera de la tierra, reconforta ver el afecto y cariño que le tienen a Javier en otros lugares del territorio nacional como Madrid, prueba de ello fue el concierto que tuve la oportunidad de presenciar en una repleta sala El Sol, compartiendo noche en el escenario con otro de los grandes cantantes y compositores españoles, el mismísimo Jaime Urrutia.

La cosa no pintó demasiado bien cuando salió al escenario, y recordó que aquello no era un concierto de Danza Invisible, sino de Javier Ojeda, y que venía a presentarnos las canciones de su último y, al menos de momento, único disco en solitario o mejor dicho, sin los Danza, titulado “Polo Sur”.

Pero nada más lejos de la realidad, nos presentó sus nuevas canciones, y además incluyó numerosos temas de Danza Invisible.

El incansable malagueño, no paraba de moverse en el escenario, saltaba, bailaba, agitaba los brazos, posaba, y cantaba, sobretodo cantaba, y lo hizo de forma que le bastó y le sobró tiempo para arrancar los aplausos de propios y extraños, tanto los que venían desde muy lejos a verle expresamente, como los que vinieron a ver a Jaime.

En aproximadamente una hora desgranó la mayoría de los temas del nuevo disco, bien arropado por una extraordinaria banda, formada por Asier Garai al bajo, Isaac Aguilera, teclados, guitarra, coros, Paula Gabiño, guitarra rítmica y coros, Antonio Carlos Miñan, batería y Rafa J. Insausti, guitarra.
Temas como “Besos al aire”, “Cintura de arena”, “Sin ti”, la intimista “Emborráchame de amor”, versión de Héctor Lavoe, donde Javier se gustó, “Amor es la droga”, versión de los grandísimos Roxy Music, y “El vaivén de las olas”, la cual cerró el concierto, son algunos de los temas de “Polo Sur” que el respetable tuvo la oportunidad de disfrutar.

Otros temas también muy celebrados fueron evidentemente los de Danza Invisible, “Sin aliento” o “Espuelas” del disco de 1.986 “Música de contrabando” y otras más recientes como “Frío en mi corazón” o “Dame más”, hicieron las delicias del público que acabó entregándose al innegable talento y buen hacer de la banda, que nos regaló un sonido impecable, desde los coros fantásticos de Paula hasta las aportaciones multinstrumentales de Isaac, pasando por los rifs de la preciosa Gretsch de Rafa.

Quería hacer mención especial al tema que cerró el concierto, una joya, “El vaivén de las olas”, es como decir, ¡Luces, cámara y acción!, una escena musical ochentera, una canción que la hubieran firmado, por ejemplo los mismísimos Roxy Music de Bryan Ferry, o poniendo su contrapartida nacional, La Mode en sus mejores tiempos con el Zurdo, un tema que nos transporta a otra década, una preciosidad que puso el punto y final a una actuación realmente soberbia.

Set List
1.- Intro
2.- Pegado a tu cuerpo
3.- Dame mas
4.- Sin tí
5.- Cintura de arena
6.- Besos al aire
7.- Sin aliento
8.- Frío es mi corazón
9.- Amor es la droga
10.- Tiempo es amor
11.- Espuelas
12.- Emborráchame de amor

Bis
13.- El vaivén de las olas

CUATRO ROSAS Y SEIS ESTRELLAS

Era la primera vez que veía a Jaime Urrutia en directo, y debo decir en favor de toda la banda, que me hicieron disfrutar de lo lindo tanto con su extraordinario sonido, como por el repertorio elegido para la actuación.

Desde aquí brindo porque Jaime, siga muchos años más componiendo como pocos saben hacer, con esa dosis en su justa medida de chulería, pop y rock, capaz de crear nuevos ritmos, piezas de tres-cuatro minutos para saborear lentamente, sin prisas, como un espumoso cuatro rosas, y es que hace que lo difícil parezca fácil.

Acompañado por Los Corsarios, a saber, Juan Luis Ambite al bajo, Esteban Hirschfield a los teclados, Germán Vilella golpeando los parches, Juan Carlos Sotos, guitarra y ocasionalmente Francis García en el saxo, Jaime, con botines de piel marrón claro, pantalones y chaqueta oscuros, y esos caracoles que todos aglomerados forman su característico tupé, estuvo pletórico con su voz tan particular a la vez que rascaba la guitarra.

Qué Barbaridad!, era la canción que abría el concierto y la expresión que mejor definía el aspecto que presentaba la sala El Sol una noche más, repleta hasta los topes, con algunas caras conocidas como los chicos del Rebel.

Este tema daba paso a canciones de los dos discos en solitario de Jaime, así como numerosas interpretaciones de Gabinete Caligari, e incluso, tuvimos la suerte de conocer un tema nuevo, calentito y recién hecho.

El repertorio intachable, cada canción sonaba mejor que la anterior, “Mentiras” ,donde recordó al recientemente desaparecido Guille Martín, y “Vestida para mí” impecables, “Nada por aquí” (nada por allá), podían haber hecho un poco de magia, y que hubiera aparecido Enrique Bunbury acompañando en esta canción, brindamos con una copa de “Cuatro rosas” mientras vimos a las seis estrellas encima del escenario, Francis Garcia con el saxo daba un toque realmente exquisito a los temas.

Huelga decir que la sala estaba totalmente entregada, Jaime se levantaba los cuellos de la chaqueta para añadir una pizca de chulería, mientras seguían sonando temas de Gabinete como “La sangre de tu tristeza”, “Suite Nupcial” dedicada a los chicos del Rebel o “Al calor del amor en un bar”, con la maquinita original que contenía la secuencia inicial del tema, que parecía empeñada en no funcionar.

“Maribel” nos hizo sonreir, y nos sirvió de trampolín para llegar a uno de los momentos mágicos de la noche, nos pusimos “Camino Soria” y la sala definitivamente se caía, casi se oian más los “Voy Camiiiino Sooooria” del público que los de Urrutia. Después el particular homenaje a Ulises Montero con “Tócala Uli”.
Para sorpresa de casi todos, presentó un tema nuevo titulado “Tratando”, que sonó bastante bien y que dio paso a “La culpa fue del cha-cha-cha”, que supuso un nuevo momento mágico en la sala.

El broche de oro a una noche redonda, lo puso “¿Donde estás?”, una de las mejores canciones que se han compuesto en nuestro país en los últimos años, al menos para gusto de un servidor,.

Un conciertazo de cuatro rosas y seis estrellas.

Set List
1.- Que barbaridad
2.- Mentiras
3.- Vestida para mi
4.- Nada por aquí
5.- Cuatro rosas
6.- La sangre de tu tristeza
7.- Suite nupcial
8.- Completamente feliz
9.- El calor del amor en un bar
10.- Tócala Uli

Bis 1:
11.- Tratando
12.- La culpa fue del cha-cha-cha

Bis 2:
13.- Nadie me va a añorar
14.- ¿Dónde estás?

Por Javi Bernal.

sábado, 27 de enero de 2007

Fernando Márquez: El Sol (Madrid)

NO HUBO PARA TÍ

Atravesamos la Gran vía, enfilamos la calle Montera y giramos a la calle Jardines, para llegar a la sala El Sol, donde actuaba uno de los grandes artistas de la movida, y por ende uno de los favoritos de un servidor y de algunos compañeros de la web.

Una casi repleta sala el Sol, daba una calurosa bienvenida a Fernando Márquez el Zurdo.

Desgraciadamente, el concierto no dio mucho de sí. Es innegable la calidad Fernando, y de la banda que le rodea, que cada vez sacan un sonido mejor a las canciones, pero era una noche para hacer concesiones, el momento idóneo para recuperar viejos temas legendarios de otras épocas, que un servidor y por lo que pude captar en el ambiente de la sala, la mayor parte del público, esperábamos que tocase.

Abrieron el concierto Charlie Mysterio y Fernando, con “Somos de otro tiempo”, y en aproximadamente una hora, desplegaron el nuevo repertorio de canciones que vienen haciendo desde hace un año y medio más o menos, con un par de sorpresas, aunque pasadas por la batidora musical actual de la banda. La primera sorpresa fue “En cualquier fiesta” un tema de la época de La Mode, que el respetable acompañó completamente.

Clara a la guitarra, Charlie a los teclados, Antonio Pazos al bajo y bases, César en la otra guitarra, Ángel en la batería y Helena en los coros, arroparon a un Zurdo, que cantó bastante bien, con su ya clásica mirada al infinito mientras susurra al micrófono y sus gafas oscuras.

Para mi gusto los temas que mejor sonaron fueron “Con paciencia”, “Moira te espera”, “Espejismo”, “El sendero” y “Música moderna”. Hicieron una versión del “Tiempos nuevos, tiempos salvajes” de Ilegales, y hubo un recuerdo a Carlos Berlanga en forma de canción para dar punto y final al concierto con “Llegando hasta el final”, esta fue la segunda sorpresa, donde el Zurdo cantó solamente acompañado de la diminuta guitarra de Charlie.

La sensación al salir de la sala y volver a casa, después de escuchar comentarios del público, que no daban crédito a lo sucedido, Fernando se había marchado sin cantar siquiera el “Para ti”, era una sensación de desasosiego, con muchas preguntas en la cabeza sin respuesta.

Casi trescientas personas habían acudido un miércoles de Enero, con un frío cortante, para ver al Zurdo, en un homenaje a la movida, y no cantó canciones como “Enfermera de noche”, “Aquella canción de Roxy”, “Para ti” o “La exposición internacional de los 80”.

No dudo que las canciones que hacen ahora sean buenas, también las hay regulares, al igual que en otras épocas de su carrera musical, pero es indudable que cuando alguien va a un concierto espera ver lo mejor del repertorio de uno de sus artistas predilectos. No soy el único que sintió esa sensación, pues al día siguiente en la tradicional cita con Ordovás en el Diario Pop de Radio 3, pude escuchar como Jesús decía a través de los micrófonos, lo que yo había estado pensando desde el día anterior.

Un bonito ejemplo, pero contrario a lo que sucedió con Fernando, tuvimos la oportunidad de verlo en el concierto de José María Granados, del que dará cuenta nuestro compañero Juan Ramos, que más o menos dijo que él sigue aquí por el público que le apoya, y si al público le gustan las canciones antiguas, él toca las antiguas, si al público le gustan las nuevas, él toca las nuevas. Desde luego, no faltaron canciones de Mamá.

SET LIST
1.- Somos de otro tiempo
2.- Con paciencia
3.- Las vírgenes Shibuyas
4.- La pluma eléctrica
5.- El amor redux
6.- Sunset Bulevard
7.- El cazador
8.- Tiempos nuevos
9.- Moira te espera
10.- Espejismo
11.- Una cicatriz
12.- El sendero
13.- Música moderna

BIS
14.- Los jardines de Kensington
15.- En cualquier fiesta

BIS 2
16.- Llegando hasta el final

Por Javi Bernal.

viernes, 26 de enero de 2007

J. Teixi Band y José M. Granados: El Sol (Madrid)

J. TEIXI BAND

Con un ritmo frenético, el que imprimió Javier Teixidor a su guitarra, y desde el primer tema hasta el último, estuvimos durante una hora apreciando la música del fundador de Mermelada en la sala El Sol, con todo el personal que no paraba de mover los pies y las caderas siguiendo este huracán de R&R.

No pasaba ni tres segundos entre canción y canción, exceptuando algunas pocas que presentó, nos introdujo en el mundo del Rithm & Blues & Soul & Rock, rodeado de unos veteranos en la música como el “Elegante” Emilio Galiacho a los teclados y sus coros pluscuamperfectos, el canoso batería del barrio de Lucero Antonio Melgar, que junto al bajista Daniel Montemayor fueron la base rítmica de los citados Mermelada. Todo ello perfectamente aderezado con esos metales potentes formados por el trío de saxo, trompeta y trombón de varas.

Se antojó escasa la actuación debido a ese ritmo espectacular establecido en todos sus temas donde también hubo tiempo para darle entrada a un viejo amigo. La colabaración de Juanma Del Olmo (Elegante) y su embriagadora guitarra Gibson Les Paul se hizo patente, sobre todo, en “Solo Calor”, que no fue la única.

Desfilaron temas de los antológicos, así como también de su reciente y última grabación “Voodoo Bar”, que presentaba esa misma noche al gran público. Quizá, por falta de tiempo, dejó en el tintero esa maravilla de canción utilizada por una famosa marca de refrescos, de color negro y etiqueta roja, que sonaba el verano de 2005 como era “Psychedely Sallic”, en otra ocasión. Pero tiempo si le dio a hacer una mención a las famosas obras (interminables) de la M-30 y al alcalde de Madrid, y la verdad no muy cariñosas.
En fin, lo dicho, buen regustillo nos dejó el bueno de Teixi. Hasta la próxima Javier.

Set List
1.- Justo ahora
2.- Al corazón
3.- Quiero romper
4.- Intento
5.- Malo, malo es
6.- Tienes las llaves
7.- No quiero escapar
8.- Puede ser amor
9.- Tengo un compañero
10.- Lo quiero
11.- Ciudad Soledad
12.- No es tarde
13.- No me gusta esperar
14.- Tengo la noche

Bis
15.- De que vas
16.- La reina
17.- Necesitas algo
18.- Solo calor

JOSÉ M. GRANADOS

Apenas 15 minutos para el cambio de músicos, con enorme celeridad, merced a la buena organización de la sala y sus atentos “pipas”, apareció Granados con su banda al completo sobre el escenario del Sol, donde comenzó a deleitarnos con su pop melódico y sus letras siempre tan bien cuidadas.

Destacaba la presencia de Santi Fernández, actual batería de Los Secretos, donde ya le vimos acompañar a Granados el pasado Junio en Caminos. Le acompañaban un chaval, (sí, sí un chaval que quien sabe donde estaría en los tan traídos años 80’s) a la guitarra solista dando un recital en todos los punteos que clavaba, en definitiva, un muy buen profesional de la guitarra que respondía al nombre de Kike Fuentes. El otro componente de la banda era el bajista llamado Edu, quien también se animaba también a hacer los coros a un Granados que se limitaba a poner su peculiar voz arañando sucesivamente la guitarra acústica que portaba. Como anécdota, decir que comentó que esa guitarra era de Manolo Mené, el tan llorado guitarrista y compositor junto con Jose María de los Mamá. Ahí quedó el recuerdo para el malogrado y querido Manolo.

Como él dijo, de bien nacidos es estar agradecidos, y no se lo pensaba al recordarnos temas del legendario grupo que lideró (Mamá) comentando que la gente que le venía a ver/escuchar siempre esperaba que Granados se acordara de aquellos inicios. Así que entre algunos temas de sus anteriores discos en solitario, nos deleitó con esos brochazos de pop fresco de los ochenta tocados actualmente como: “Ligarse a Vicky”,”Hora punta…”,”El Figurín”, “Nada más” ó “Ya no volverás”. También tuvo un momento para la novedad, presentando una canción de lo que será su inminente nuevo disco. El tema era “En Madrid”, que coincide con el título del álbum.

Juanma Elegante se volvió a subir a las tablas para acompañar a su buen amigo Granados, dejando constancia de su buen hacer con unos riffs de guitarra bien marcados. Entrañable fue la colaboración del otro ex-Mamá que allí se encontraba, Carlos Rodríguez, prestándole Granados la acústica de Manolo Mené; Jose María en la voz y asombrarnos con la potente “El Figurín”, momento en el que la sala botaba al completo, incluídos Ordovás (en sitio privilegiado) Jesús Redondo (teclista de Secretos) o el muy bien acompañado crítico musical Santi Alcanda.

El broche final sucedió cuando apareció, de nuevo, Javier Teixidor y las otras dos colaboraciones fue para el querido y tarareado por toda la sala “Como Loves- Like a Rolling Stone", donde mirando alrededor veías caras muy sonrientes y complacientes con el concierto ofrecido por este legendario y emblemático músico. Granados con su humildad y simpatía nos dejó a todos con un gran sabor de boca y de oído, bonitos temas con letras con fondo y música muy bien instrumentada para este concierto recordatorio de lo que fue “LA MOVIDA”.

Set List
1.- Duermevela
2.- Que tal
3.- Nada mejor
4.- Bendita enfermedad
5.- Ligarse a Vicky
6.- Ladrona
7.- En Madrid
8.- Buenos y malos
9.- Despeinada
10.- Hora punta en el metro
11.- La buena vida
12.- Adictos al rock'n'roll
13.- Otra vez
14.- Sin remedio
15.- El figurín
16.- Nada mas

Bis
17.- Todas esas rosas
18.- Ya no volverás
19.- Como lo ves
20.- Like a Rolling Stone

Por Juan Ramos. Imágenes Javi Bernal.

jueves, 25 de enero de 2007

Burning: El Sol (Madrid)

BURNING ECLIPSÓ EL SOL POR UNA NOCHE

En esa fría noche madrileña de jueves era lo que tocaba: dos horas de puro rock & roll burgniniano/stoniano, del que le gusta alardear a Johnny, un auténtico superviviente de esta legendaria y castiza banda madrileña. Lo disfrutamos como nunca, en El Sol, con aforo completo en conmemoración de los 25 años de La Movida, promovidos por la Comunidad Autónoma de Madrid.

A Johnny (voz, teclados y piano) le acompañaba su actual banda al completo, es decir, Edu Pinilla (guitarra y coros), Carlos Guardado (bajo y coros), Katcho Casal (batería y coros) y Maikol Slingluf (saxo). Comenzó más puntual que muchos de los otros conciertos ofrecidos en este homenaje a La Movida, hacia las 23:35h. concretamente, con entradas agotadas 20 días atrás.

Una vez los músicos en escena, cada uno ocupó su lugar, respectivamente, para dejar unos instantes sonar los acordes de la guitarra de Edu Pinilla y aparecer Johnny con sus eternas gafas negras, para ganarse, desde ese momento, al público allí congregado, con el objeto de machacar nuestros tímpanos con su característico R&R. Para abrir la lata escogieron 'No pares de gritar', Johnny acababa de dar su singular "bocao del lobo".

Todo el concierto se aderezó con el potente saxo de Maikol, sin dejar lugar a vacíos de sonido, todo compacto, ¡muy compacto!. Quizá se echó en falta alguna colaboración de la que sospechábamos que podría haberse producido. Pero no fue así. La BANDA se valía por si misma, acompañada, eso sí, por la tremenda acústica de la sala.

Así sonó 'Baila mientras puedas' suprimiendo, ya en el segundo tema, la chupa de cuero que portaba el bajista Carlos Guardado, le estorbaba, tirándosela encima de los pedales de efectos de Pinilla con la mirada cómplice de este, apartándola Edu con el pie.

Le precedieron temas inolvidables como 'Jack Gasolina', 'Pantano'; 'Madrid' clavando Edu Pinilla el slide en ese precioso punteo; 'Jim Dinamita' ("TNT" como la llaman ellos), siguiendo con 'Chueca'; donde Johnny hizo mención a este peculiar barrio muy cercano a la sala El Sol, momento en el que Johnny abandonaba su legendario piano para apoderarse del micro del bajista retorciéndose en unos escorzos imposibles, mientras que Carlos le imprimía toda la potencia en las líneas de bajo marcadas.

No podía faltar la emblemática 'Que hace una chica como tú, en un sitio como este', una canción simbólica en los Burning donde al finalizar, y con el solo de saxo, enlazaron en un guiño muy elegante al, no menos, famoso tema de Lou Reed “Walk On The Wild Side". Magnífico el final. Todo el respetable con el “chup, churup, churup, chup chup, ruchup…" haciendo los coros. Espectacular.

Siguieron pasándose los temas, uno tras otro y en alguno de ellos, Johnny se paraba para hacer menciones especiales a dos personajes tan distantes como desaparecidos. Al fin y al cabo, también tuvieron mucho que ver en La Movida como fueron Pepe Risi al que le dedicó 'Es decisión', y al "viejo profesor", Sr. Tierno Galván, como así lo nombró. Bonito detalle para apreciarlo aquellos que vivimos esos tiempos.
El clima del concierto estaba en lo más alto, pero estos remozados Burning nos guardaban un final apoteósico con desaparición del frontman incluida. Al momento aparece Johnny con una botella de champán, compartiendo con el respetable y bebiendo (o duchándose con él) cantando, bajo el frenético ritmo que le imprimió Edu a la guitarra, ese estribillo tan pegadizo del 'Es Especial', volviendo a arremolinarse junto al bajista en los coros y colaborar en duetos el público en un final simpar. Johnny pedía a la gente: “Que se note que somos del Foro…”. Inigualable detalle para el personal… ¡¡¡oh ye,ye,ye,yeeee, es especial… algún día encontraré… besarte otra vez….!!!

Con 'Mueve tus caderas' acababa el concierto, pero sin moverse ni un centímetro los presentes, sabíamos que volverían a salir. Johnny y compañía estaban a gusto y salieron para regalarnos unos bises (especial mención para el batera uruguayo de Montevideo Katcho, que no perdió las energías para golpear sus baquetas contra los parches y platos, como si del principio del concierto se tratara).

Aparecieron todos para acompañar al “Cifu” en 'No es extraño', 'Nena' y 'Sweet Virginia', dejándonos un muy buen sabor de boca final con la maravilla tarareada por toda la sala como es “Una noche sin ti”, casi dos horas después del comienzo.

¡Que buenos Burning, no cambiéis!. Os seguiremos escuchando otros 30 años por lo menos.

Setlist

1.- No pares de gritar
2.- Rock&Roll - Baila mientras puedas
3.- Jack Gasolina
4.- Pantano
5.- Madrid
6.- Jim Dinamita
7.- Chueca
8.- ¿Que hace una chica como tu, en un sitio como este?
9.- Walk on the wild side
10.- Como un huracán
11. Mientelas
12. Es decisión
13. Las chicas del Drugstore
14. Ginebra seca –Satisfaction–
15. Esto es un atraco
16. Es especial
17. Mueve tus caderas

BIS
18.- Balada para una viuda
19.- No es extraño
20.- Nena
21.- Sweet Virginia
22.- Una noche sin tí

Por Juan Ramos. Imágenes Javi Bernal.

miércoles, 24 de enero de 2007

La Uvi y PVP: El Sol (Madrid)

 LA UVI

Una de las diferencias esenciales entre los personajes que viven/malviven del rock y los que intentan sobrevivir a cuenta de una vida más o menos plana es la actitud.

Es sabido que las múltiples vertientes del rock son cuestión de eso precisamente, de actitud, pero a estas alturas de la película resulta aún más encomiable la capacidad que tienen algunos tipos para luchar contra el aburguesamiento progresivo que impone la sociedad actual, escoltada por el dinero, a los designios de la edad, sin caer en la adversidad. Evidentemente, ninguna de las dos bandas a las que tuvimos el privilegio de (volver) a ver el pasado sábado en El Sol, corren ese peligro. Por más que las arrugas y los excesos impongan su pétrea dictadura física, sus líderes respectivos han tenido la suficiente argucia como para saltarse los sucesivos listones, el de la incomprensión popular, el de las discográficas pisando un terreno según ellas minado, apariciones/desapariciones y alguna pifia en su obra, sin morir en el intento y, lo fundamental, sin hacer ningún tipo de concesión, asumiendo voluntariamente el riesgo de trabajar más en la sombra que en la galería.

Luego también está la suerte, suerte de que, siendo grupos de minorías, no hayan echado el cerrojo a la puerta del olvido aquellos (bastantes) que disfrutaron de sus momentos de esplendor allá por aquellos años donde la fruición creativa no estaba necesariamente emparentada con saber tocar. Si hay alguien en España que todavía mantiene la encarnizada lucha contra el Sistema que requiere básicamente el punk ese es Manolo Quevedo, no importa, como decía que haya pasado ya un cuarto de siglo desde que apareció con Spansuls su impresionante primer e.p. ni que sus distintos proyectos, por una u otra causa, no hayan tenido el don de la continuidad, el sigue manteniendo intactas sus credenciales de tocapelotas de todo aquello que huele a políticamente correcto, además de un carisma simpar capaz de, molestando a los vecinos, esputar tremendos pildorazos de 3 minutos totalmente atemporales.

Vaya en su descargo que hizo perder la compostura incluso a sus más aplanados y maduros fieles, coetáneos de Los Clash y Los Ramones, que acabaron bailando pogo junto a las facciones más juveniles y radicales, que, a juzgar por lo visto, no era la primera vez que escuchaban a La Uvi. Excelente también el resto de especialistas, a destacar también el extraordinario concierto del guitarrista Guillermo Sánchez, único superviviente junto a Manolo de la formación original y co-autor de la música en la primera época del grupo, que dio un auténtico recital cañero y mostró una técnica sorprendentemente inhabitual para quien se supone alejado de la escena, él marcó en todo momento las pautas rítmicas, bien secundado en el bajo y en Adrián, el estupendo baterista que normalmente acompaña a Manolo cuando a éste le da por resucitar a los Commando.

En la formación de La Uvi también destacó la presencia de Javi Cano, secundado por su bajo, quien ha intervenido en la reciente grabación del último disco de La Guardia, 'Sobre ruedas'.Sonaron como un tiro tanto en sus primeros temas, “Ya está bien”, “La policía”, “Ley y orden” ... más cercanos al punk madrileño clásico de los primeros 80 como en otros posteriores y menos conocidos, “Alex”, “Equivocado”, “¿Qué me has dado?” ... de tintes más hardcorianos pero no menos combativos, para delirio de la más de una tribu urbana que se dio cita en una ocasión pintiparada, desgraciadamente no hay demasiadas ocasiones para emborracharse con tal dispendio de anarquía y subversión fuera de los circuitos más alternativos.

Definitivamente, las botas de Manolo llevan en la suela pegada una parte de la historia del punk ibérico. De no ser porque detrás venía otra atractiva descarga, la cosa hubiera sabido a poco, lo cual dice bastante de esta “puta” Unidad de Vigilancia Intensiva, capaz de curar con la misma eficacia y brillantez que antes cualquier síndrome y, al paso, revitalizar a guitarrazos la conciencia más dormida. Definitivamente, insisto, las botas de Manolo llevan en la suela pegada una parte de la historia del la música española de los 80.

Set List
1.- Velocidad
2.- No sex
3.- Todo para qué
4.- Alex
5.- Muérete
6.- ¿Qué me has dado?
7.- Esta obsesión
8.- Ya está bien
9.- Amor automático
10.- Ley y orden
11.- Equivocado
12.- La policía BIS
13.- Generación terrorista

P.V.P.

Sin resquicio ni para recuperar el resuello ni para pedir una copa en la abarrotada barra de El Sol y cuando los tímpanos no se habían repuesto de la descarga agradecidamente soportada, aparecieron en la oscuridad del escenario PVP, mas sobriamente ataviados que cuando sus pectorales desnudos y sus camisetas de mallas rezumaban glamour para las sesiones fotográficas de sus discos, dispuestos a enfrentarse a su contradictoria historia, a los más de 15 años sin tocar juntos y, por añadidura, a lo alto que habían dejado el pabellón La Uvi.

Demasiados escollos e incógnitas a priori, que se fueron disipando en los más escépticos desde el momento en que pudieron comprobar que, salvo el bajista, del que desconocemos el currículo, estaban todos los miembros originales del grupo, esto es, Juanjo Valmorisco a la guitarra y a la voz, Jesús Amodia en la guitarra principal y en los coros y Jorge G. Ramiro a las baquetas y, desde los primeros acordes, una frescura digna de cualquier combo contemporáneo.

No era poco estar delante de uno de los grupos mas emblemáticos y personales de La Movida, autores de tres esplendorosos lp´s, cada uno con una discográfica diferente, alabados unánimemente por la crítica especializada y de un cuarto, que a la sazón, les supuso la prejubilación anticipada por mor del insigne Teddy Bautista que fue quien produjo “Bailío”, un último disco cargado de pretenciosidad que nadaba entre la confusión y la falta de criterio estilístico definido, una losa demasiado pesada de la que la banda no pudo liberarse, a pesar de que las canciones que contenía eran, cuando menos, resultonas pero el hecho de que algunas fueran machacadas por las radiofórmulas, no hizo sino restarles credibilidad y el prestigio, no traducido en ventas, que se habían ganado a pulso en los directos que avalaban, aún mis si cabe que en el vinilo, su calidad.

Una vez hecha la reseña biográfica y centrándonos en lo que fue el concierto, quedó claro desde el principio que, aún reconociendo el tirón personal y artístico de Juanjo, PVP, funcionaba/funciona como lo que es, un auténtico grupo, un conglomerado sonoro en el que cada uno juega un papel fundamental, desde la peculiar voz del propio Juanjo, algo más ajada que antaño pero con la suficiente solvencia para transmitir, pasando por las prestaciones rítmicas de Jorge en los platillos, el perfecto acoplamiento a los demás del bajista hasta las excelencias guitarreras de Jesús, de sublime contagioso toda la noche.

La base del repertorio fue, fundamentalmente, “Miedo”, su primer disco, el más cercano a los postulados punk y continente, quizá, de sus mejores temas ... “Miedo”, “Tacón y cuero”, “No puedes, no quieres”, “Descontrol” y, por descontado, la celebrada “El coche de la plas”, sonaron tan increíblemente bien que pareció, una vez más, que el autobús del tiempo había hecho parada en el Rock-Ola. Tampoco faltaron en la cita canciones de “Las reglas del juego”, su álbum de consagración ni de “Dónde se pierde la luz”, tercer disco y eslabón definitivo en su evolución cuando ya estaban influenciados por la ola apocalíptica tan en boga a mediados de los 80. “Las reglas del juego”, “Entre las ruinas” o “Dioses entre las sábanas” fueron igualmente interpretadas de manera magistral y devoradas por los asistentes que, a esa hora, hacía rato que habían retomado la juerga justo por dónde la habían dejado.

Impresionante la comunión grupo/público, seguramente unos y otros tardarán en olvidarse de semejante liturgia. De la misma manera que la nostalgia quedó relegada a un segundo plano por la demostración de talento y saber hacer en vivo de PVP, se me va a permitir, por paridad, no recurrir al futuro ni con el pensamiento, lo que tenga que pasar, pasará si otro avispado productor o manager no les hace “bajarse de la hamaca”, no se puede tachar de conformismo la enorme satisfacción de haberlos disfrutado antes y ahora sin que medie ningún tipo de diferencia.

Set List
1.- A casa en coche
2.- Tacón y cuero
3.- Ah, ah, ah
4.- ¿Quién soy yo?
5.- Dioses en las sábanas
6.- El coche de la plas
7.- Miedo
8.- Las reglas del juego
9.- Entre las ruinas
10.- No puedes, no quieres
11.- Descontrol

BIS
12.- Todo el mundo quiere más

Por Aurelio Sánchez. Imágenes Javi Bernal.

martes, 23 de enero de 2007

Germán Coppini con Maga: El Sol (Madrid)

GERMÁN EL POLIVALENTE

No se trata de un héroe, caballero del medioevo o guerrero de la antigüedad, sino del hombre de las mil caras, musicalmente hablando, una de las mejores voces de nuestro país, capaz de entonar las más bellas canciones italianas, de desgañitarse cantando a ritmos siniestro-totales o emocionarnos con su elegante voz en temas ya clásicos de Golpes Bajos.

Germán Coppini, cántabro de pro, pero fraguado musicalmente entre las huestes madrileñas de la década de los 80, nos dejó un extraordinario sabor de boca en su actuación en la repleta sala El Sol, perfectamente arropado por los sevillanos Maga, con Miguel Rivera a la guitarra, Javi Vega al bajo y David García en la batería.

Germán, ataviado con su chaqueta, pantalones vaqueros y zapatillas de sport, abrió el concierto con temas de Golpes Bajos como “Escenas olvidadas”, “Fiesta de los maniquíes” o “Cena recalentada” que sonaron bastante bien, la guitarra de Miguel imprime más fuerza a estas canciones, y el respetable aplaudió abundantemente.

Sonaron algunos temas de sus discos en solitario, como “El ladrón de Bagdad”, “Después de la lluvia”, y nos sorprendió con un tema de Siniestro Total, “Hoy voy a asesinarte”, no sin antes recordar su primer concierto con los Vigueses, en el Colegio de los Salesianos de Vigo, donde Siniestro Total han vuelto a tocar en Diciembre del año pasado, un cuarto de siglo después.

Germán, según he leído en alguna entrevista, ve con buenos ojos una reunión de los miembros originales de Siniestro Total, para hacer algún concierto, y le lanzó una directa a Julián, con un poco de guasa siniestrototalera, o reúne a la banda, o “amenaza” con cantar las canciones de Siniestro Total en sus conciertos. Esperemos que se produzca esa reunión, seguro que sería espectacular.

También hizo una versión de “Centro de gravedad” de Franco Battiato, que ya publicó en su último disco “Las canciones del limbo”, introduciendo alguna estrofa del “Come prima” que ya cantara con Golpes Bajos.

En el repertorio también incluyeron un par de temas de Maga, a los que Germán pone voz, “Dardo y Alicia” y “Trampa en la boca”. En el último tramo de concierto antes de llegar al bis, sonaron “Tendré que salir algún día” y “No mires a los ojos de la gente”, con la que el público disfrutó de lo lindo.

A la vuelta del bis, apareció Germán con una máscara para cantar “Madame” y finalizar la noche, como no podía ser de otra forma, con “Malos tiempos para la lírica”.

Fue una velada muy agradable donde pudimos ver que el proyecto de Germán con Maga, no es flor de un día, sino que tiene mimbres para llegar a más, y comprobamos que Coppini sigue teniendo una voz y una elegancia como pocos.

SET LIST
1.- Escenas olvidadas
2.- Hansel y Gretel
3.- Fiesta de los maniquíes
4.- Cena recalentada
5.- Después de la lluvia
6.- Centro de gravedad
7.- Hoy voy a asesinarte
8.- Ladrón de Bagdag
9.- La virgen loca
10.- Desconocido
11.- Necesito saber
12.- Dardo y Alicia
13.- Trampa en la boca
14.- Tendré que salir
15.- No mires a los ojos de la gente

BIS
16- Madame
17.- Malos tiempos para la lírica

Por Javi Bernal.

lunes, 22 de enero de 2007

Loquillo y Trogloditas: El Sol (Madrid)

POCOS TUPÉS PERO MUCHA ACTITUD

Como si tuviéramos una máquina del tiempo y nos hubiéramos transportado un par de años ha, nos encontrábamos en la sala El Sol de nuevo con Loquillo y Los Trogloditas, eso sí, cambiando la formación titular de la banda, unos por desavenencias y otros, como el gran guitarrista Guille Martín, porque desgraciadamente ya no están entre nosotros y cambiando también el motivo de celebración, que aquel día era el XXV aniversario de la sala.

Con tres cuartos de hora de habitual retraso, apareció la banda a través de los cortinajes negros del fondo del escenario, ante el ruidoso e impaciente público que abarrotaba la sala. Cada uno de los músicos fue ocupando su lugar, excepto el Loco, que desde el fondo, vestido elegantemente con traje negro y detrás de unas gafas de sol, miraba al respetable con esa media sonrisa ya tradicional.

Lauren Castagnet a la batería, Cuti a los teclados, Simón Ramírez al bajo, Jaime Stinus a la guitarra e Igor Pascual a la otra guitarra, fue la banda que acompañó al Loco en el inicio del espectáculo. El Loco tuvo unas palabras antes de comenzar que sonaron a excusa: “...si estamos aquí hoy es por respeto a Madrid, que fue la primera ciudad que escuchó nuestras canciones...”, pues por todos es sabido que no es muy dado a actuar en festivales o espectáculos que conmemoren aquella época ochentera.

Bajo la atenta mirada de un público, entre los que figuraban pocos tupés y pocas cazadoras de cuero, eso sí, ávido por escuchar los mordientes lingotazos de rock and roll de la banda, comenzó a rodar “Arte y ensayo”.

La verdad es que tiene que ser complicado para la banda, elegir el repertorio a interpretar, debido a la cantidad de canciones buenas que tienen, pero en ese sentido creo que la elección fue más que correcta.
El incasable Igor Pascual, se retorcía con su guitarra como un reptil, impresionaba verlo pletórico, derrochando energía en cada acorde que disparaba, así durante las casi dos horas que duró el espectáculo y en más de una ocasión el Loco lo miraba sonriente balanceando la cabeza demostrando admiración.
Cuatro bafles adicionales al pie del frontal del escenario imprimieron más vatios que de costumbre en la sala, que una noche más mostró un sonido impecable. El único pero, la falta de luz en la parte delantera en la posición del frontman, casi todos los focos que se dirigen ahí y que normalmente están encendidos, esa noche no lo estaban, imagino que por lo molesto que le debe resultar al Loco debido a su altura.
Loquillo, ya sin las gafas de sol, continuó cantando “Pégate a mí”, “Veteranos”, “Tatuados”, “La edad de oro”, una de las canciones más bonitas y delicadas del repertorio o “Hijo de nadie”, mientras nos deleitaba con sus pasos de baile, sus gestos, sus muecas, las miradas fijas al público, casi desafiantes, y por supuesto no faltaron unas palabras para el recientemente desaparecido Guille Martín, a las que siguieron otras desde el público recordando al también fallecido Pepe Risi. Para ellos estuvo dedicada “Los viejos amigos”.
Jaime Stinus y Simón Ramírez hacían su trabajo a la perfección, quizás a Simón se le vio un poco apagado, como en un segundo plano al fondo del escenario, seguramente le hubiera animado tocar “Quiero un camión” pero en esta ocasión no figuraba en el set list. Jaime estuvo mucho más activo, adoptando posiciones más cercanas al respetable y poses rockanroleras con sombrero incluido.

El Loco daba algún que otro traguito al vaso de whisky que le habían preparado. Continuaron con “Feo, fuerte y formal”, “Con elegancia” la cual Loquillo cantó sentado en un taburete de madera para dar paso a uno de los mejores tramos del concierto, ahí llegaron clásicos de la banda como “Cuando fuimos los mejores” narración de lo que fue una época y una generación, “Todo el mundo ama a Isabel” o la más reciente “Rock and roll actitud”.

El loco se gustaba, se mostraba amable, posaba para las fotos. Cuti y Lauren se desenvolvieron perfectamente durante toda la noche. Le tocó el turno a una de las canciones que se grabaron para la banda sonora del documental “Mujeres en pie de guerra”, que lleva por título “Antes de la lluvia”.

El tramo final del concierto fue inolvidable, el Loco presentaba la sorpresa de la noche, nada más y nada menos que el mítico guitarrista y compositor original de la banda, Sabino Méndez, vestido con chaleco, vaqueros y botas de punta, se colgó la guitarra, y después de que el Loco y él se abrazaran, comenzaron a sonar los acordes de “Rock suave”, el público estaba entregado. A Sabino le costó un poco coger el ritmo, pero no tardó mucho en soltarse a golpes de guitarra.

Nos tenían reservadas las joyas de la corona para el final, para entonces el torbellino Igor ya se había quedado en camiseta de manga corta que rezaba “Kiss” y no paraba de regalar púas al público. “El rompeolas” fue coreada por toda la sala, en “Rock and roll star” Sabino se atrevió con unas estrofas, y el recinto casi se viene abajo cuando Sabino inició los primeros acordes del “Cadillac solitario”, fue maravilloso, el Loco acabó por el suelo gritando Nenaaaaaaaa¡¡¡¡ , el público pedía otra, y volvieron Sabino y el Loco.

Sabino se sentó encima de un amplificador, y el Loco en el taburete, comentando “...aquí me siento superior...”, por la diferencia de altura, y el bueno de Sabino se lo tomó a guasa diciendo “...ya estoy acostumbrado...”. Terminaron con una versión a media luz, de “En las calles de Madrid” cantada entre los dos, tan solo con la ayuda de la guitarra de Sabino.

Una noche difícilmente superable, y sin lugar a dudas ha sido la banda que más emociones ha despertado entre el respetable.

Por Javi Bernal.

sábado, 20 de enero de 2007

Hornadas Irritantes: El Sol (Madrid)

EL SÁBADO MAS IRRITANTE EN 25 AÑOS

Intervención multitudinaria y sorprendente de iconos clave de aquellos tiempos, con homenajes mutuos y recíprocos, no sin alguna carga de autocrítica, provocación y gamberrada fresca y bienvenida.
El multiconcierto tuvo un narrador, el simpar Patacho (de Glutamato Ye-yé por si alguien aún no lo sabe), que como en un monólogo televisivo iba introduciendo a los grupos, fragmentos de grupos y miembros que se iban sucediendo. Juan Jaren a la guitarra, un bajista y un batería de excepción, cuyos nombres y procedencias siento desconocer, conformaban la base mientras que Patacho se aferraba a su Gibson.

Para empezar unos cuantos temas, cantados por Laura Sardinero, un descubrimiento de Álvaro Tessa, con frescura y aire ochentero. El tercer tema daba ya idea de que nos tocaría soportar alguna que otra imperdonable gamberrada musical y que logró irritar realmente a más de uno.. al fin y al cabo se supone que es parte de lo que pretendían las "hornadas". Se trataba de la genial “Estatua del jardín botánico”, pero cantada con la melodía de una canción de la tuna del estilo "Clavelitos"; supongo que original, pero para matarles.

Al rato surgió Rodrigo De Lorenzo, voz y guitarra de Ciudad Jardín, cojeando asido a un bastón y con un sombrero, nos hacía recordar bastante al Dr. House. Tocó algunos clásicos suyos que el resto de la banda parecía tener ensayado un par de veces, a juzgar por las miradas mutuas que dicen “tú toca que yo te sigo”. “Atún y algas” o “Es a ti” fueron buenos exponentes del estilo de Rodrigo.

Seguidamente aparecieron Los Cavernícolas, que tocaron “Soy un punki”, “Quiero esnifar novopren”, entre otras, eso sí, al mas puro estilo cavernícola, es decir, en un abrir y cerrar de ojos.

Poco después salió al escenario Luis Jovellar, el que fuera cantante de Sindicato Malone, sorprendiendo al hacer el “Branquias bajo el agua” de Derribos Arias, momento que aprovechó para evocar la figura de una de las personas mas extravagantemente irritadora de la movida, como no estamos hablando de Iñaki Gasca, mas conocido como Poch, cantante de Derribos Arias. Siguió con “Colegas”, una versión de Buenas Vibraciones, y algunas canciones propio de los Sindicato, como “Owhe ke owhe”, “Clónica” o “Sólo por robar”. En un momento dado, a ritmo de pasodoble se marcaron una extrañísima adaptación del “Todos los negritos....”, quizás fue el momento en que me desentendí plenamente de aquello. Como decían los Ilegales, ..."odio los pasodobles...".

El siguiente en salir fue Germán Coppini, ataviado con un curioso tocado militar en forma de pasamontañas con estrella roja, puño en alto, proporcionando el segundo toque republicano de la noche al cantar el “Ayatollah” con la melodía de “Ay Carmela”. Le siguió un emocionante guiño a Décima víctima con su extraordinaria versión de “Tan lejos” a la que le siguió otra versión, en esta ocasión del "Corazón loco de Glutamato Ye-yé. Para terminar con uno de los temas de Anónimos, banda en la que también militan Patacho, Carlos Hens (quien sustituyó recientemente a Ñete desde que este inició su proyecto actual, Sulivan), Carlos Rodríguez y el propio Germán, titulada “Invocación”, un tema que recuerda mucho a una de las canciones de Golpes Bajos "A santa compaña", de los que no interpretó ninguna.

Después llegó el momento más divertido de la noche con la fastuosa aparición de un histriónico Paco Clavel, ataviado con una especie de tubo extractor de cocina plateado (que podríamos tildar de "trompa cutrosa") , falda escocesa, mallas negras, botas de plataforma, chaqueta con cucharas, bisutería, etc., acompañado de “la contratada”, con short, chaqueta militar y bandera republicana colocada a modo de "monjil" toca. Cantó “Tengo el corazón contento” y “Adelita”… además de inspiradas bromas que sacaron sonoras carcajadas, sin cortarse un pelo, como siempre. También sonaron “La estufita”, canción que firmaran en su día Iñaki Glutamato y el propio Clavel.

A continuación irrumpieron Transportes Hernández y Sanjurjo, es decir, Julián Hernández (Siniestro total) a la guitarra y Rómulo Sanjurjo (Diplomáticos) al acordeón, con chaquetas y pantalones negros pintarrajeados, parecían un par de excéntricos escapados de cualquier psiquiátrico. Esta vez el guiño fue a Nacha Pop con “La chica de Albacete”, una descorazonadora “Chica de ayer” completamente distorsionada, con la melodía de aquella canción que decía “Un viejo y una vieja van pa Albacete, y en mitad del camino......”, ya saben. A parte tocaron algún que otro tema propio, como “Rías altas, rías baixas”.
Finalmente apareció Iñaki, sin bigote, que tras recordar cariñosamente a Poch (de nuevo) y a Ramón Recio (letrista de Glutamato Ye-yé), cantó “El chico más pálido de la playa de Gros”, para seguir con temas de Glutamato como “Corazón loco”, “Todos los negritos”, “Hey tío” y una descarrilada versión del “Mari Pili” de Ejecutivos agresivos. Luego Patacho se atrevió a cantar rematadamente mal el “Canto muy mal” de su disco en solitario “Fuga de vocales”.

En definitiva, algo divertido que me hizo reir, saltar, cantar… pero también me irritó; es lo que se pretendía ¿no?.

Por Carlos Burguete. Imágenes Javi Bernal.

viernes, 19 de enero de 2007

Malevaje y Corcobado: El Sol (Madrid)

MALEVAJE, LOS TANGOS DE LA MOVIDA

No debe ser sencillo recomponer un grupo que lleva dos décadas en estado latente (al menos que yo sepa), y así, el Malevaje apareció en escena representado por la mitad de sus componentes, léase Antonio Bartrina a la voz y Fernando Gilabert al contrabajo. Mucha expectación, un ambiente muy cálido, abrazos y reencuentros bajo el escenario, Alberto García Alix pertrechado en primera fila con una cámara analógica, si bien pequeña; la luz de los pequeños focos que iluminan las partituras de Fernando genera un marcado contraste con la negrura de las ropas y del rotundo contrabajo.

Comienzan; amplia presentación de Antonio acompañada de ingeniosas ironías y cómicos comentarios dirigidos a personajes anónimos entre el público; ante todo calidez y proximidad. Se van sucediendo los tangos, algunos nuevos, otros menos… y por supuesto los que no podían faltar como Malevaje o Garufa. La audiencia, incluido un servidor, cantaba sin reparo las letras que venían a la mente como si las hubiese aprendido en la infancia.

Hubo un bis muy aclamado y un detalle por parte de Antonio Bartrina justificando su no extensión en el tiempo aduciendo que su amigo Javier esperaba para salir al escenario. En definitiva, un placer. Me quedé con las ganas de hablar un rato con Fernando Gilabert al final del concierto. Somos colegas en el sentido clásico de la palabra.

CORCOBADO, NOSTALGIA EN ESTADO PURO

Unos 10 o 15 minutos tras terminar Malevaje, aparecen Corcobado y compañía.

Antes de nada me permitiré la licencia de contar muy brevemente una historia. En el anterior concierto de Javier en Madrid, en la sala TAF, recordamos viejos tiempos tras lo cual Javier me pidió que localizase a una persona encantadora, amistad común de ambos. Dejé el tema aparcado hasta ayer mismo, día en que Corcobado tocaba en El Sol. Tras varias llamadas localicé a esa persona a la que hacía 21 años que no veía y la inste a acudir al concierto. Accedió. Al final, tras ir a camerinos, salió de nuevo Javier al escenario, momento en que se encontraron de nuevo dándose un sentido abrazo.

Esta historia que quizás alguien encuentre improcedente en la presente crónica, ilustra la atmósfera general que yo percibía, cargada de intensidad, calor, fuerza… y sí, cierta nostalgia. Otro momento a destacar fue el abrazo que se dieron Javier y Alberto Garcia Alix cuando aquel reconoció a éste en primera fila cámara en mano.

Corcobado y sus músicos repasaron el último trabajo “Editor de sueños”, pero afortunadamente rescataron algo de otros tiempos, como “Corazón roto en 2.000 pedazos” de cuando atendían por Demonios tu ojos, y la convulsiva y genial “Mueve el vientre”, además de “Desde tu herida”, que parece ya haberse hecho “titular” en el repertorio reciente del incansable.

Viniendo a colación, hay que destacar que Javier Corcobado es de los pocos poquísimos de los convocados para esta serie de conciertos que ha continuado creando sin apenas hiatos desde aquellos tiempos florecientes, lo cual, al menos ante mis ojos y oídos, anula el factor emocional que supone traer un simulacro del pretérito lejano al presente ya que he seguido su carrera y sus conciertos fielmente. Pero esa pérdida del elemento sorpresa queda a mi entender abrumadoramente eclipsada por su caudal de formidables creaciones que han salpicado estás dos décadas y media. Personalmente, le estoy muy agradecido por haber continuado como lo hace un salmón que remonta el río.

Por Carlos Burguete. Imágenes Javi Bernal.

martes, 16 de enero de 2007

Antonio Vega, José I. Lapido, Nacho G. Vega y Sulivan: El Sol (Madrid)

LA MAGIA DEL ESCENARIO APLACÓ LA PRECISIÓN FOTOGRÁFICA

El pasado martes vivimos en la sala El Sol una de las noches mas esperadas y emocionantes del ciclo de conciertos de la movida.El cartel lo formaban el gran maestro Antonio Vega, Nacho García Vega y José Ignacio Lapido (091) además de Sulivan, grupo que se incorporó a ultima hora y que cuenta en sus filas con Ñete, el que fuera batería de Nacha Pop.

La sala presentaba un aspecto inmejorable, llenazo hasta la bandera, cámaras de televisión, gente de todas las edades y mucha incertidumbre acerca de lo que íbamos a presenciar.

Abrieron la noche Sulivan, la banda del ya mencionado Ñete, con guitarra, bajo, batería y voz. No lo hicieron mal, con un sonido muy cercano al de Los Piratas de Iván Ferreiro y en ocasiones al de los granadinos Niños Mutantes. "Mucho mejor", "Susana" y una versión de "No puedo mirar" fue de lo mejor de su actuación que duro una media hora.

A continuación salieron Antonio Vega y su gran banda con Basilio Martí a los teclados, Jorge D'amico y Alberto Zapata a las guitarras, Santi Muñoz en la batería y Luis Miguel Baladrón al bajo. Con esto se resolvieron las dudas sobre quienes acompañarían a Antonio esa noche.

La sala rugía con fuerza mientras Antonio, con el pelo recogido en una coleta, saludaba al respetable. Abrieron la actuación con "Esperando nada", Antonio y su guitarra brillaban con luz propia.

El escenario se llenó de magia con temas como "San Antonio", "Anatomía de una ola", "Elixir de juventud", "Ángel de Orión" o "Hablando de ellos", la complicidad entre el público y la banda era total.

Antonio derrochaba tanta magia, que el habitual trasiego de fotógrafos de un lado a otro de la sala era casi inexistente, prácticamente todos permanecían en su posición inicial embelesados bajo su aura.

La sala se lleno de aplausos cuando Antonio presentó al "policía" José Ignacio Lapido, que agarró su guitarra y comenzó a sonar "El sitio de mi recreo" cantada a medias por los dos artistas, para dar paso a "Humo", tema compuesto por Lapido, cantado íntegramente por el y tocada por la banda incluido Antonio.
Lapido se retiró y sonaron otra tanda de canciones como "Se dejaba llevar" y "Pueblos blancos", hasta que llego uno de los momentos, no por esperado menos emocionante de la noche, la aparición en el escenario de Nacho García Vega. Un abrazo fraternal entre los dos primos daba paso a "Salto al vacío" y "Asustado estoy", de Nacha Pop, que el respetable celebro efusivamente.

Ahí acabaron las colaboraciones y a buen seguro que a la gente le supo a poco. Antonio canto a pelo con la ayuda de Basilio al teclado "Una décima de segundo".

A continuación tocaron "Océano de sol" alargada instrumentalmente al tiempo que Antonio se despedía del publico y abandonaba el escenario. Posteriormente se marcharon los músicos.

El publico sabia de sobra que no podían marcharse sin tocar una mas, pero aun así solicitaba la vuelta del grupo sin cesar.Volvieron y empezaron a sonar los primeros acordes de "La chica de ayer", la gente enloqueció, y Antonio llamaba al ruedo a Nacho y Lapido para cantarla, fue algo precioso e inolvidable.
Una noche emocionante que todos los que estuvimos allí jamás olvidaremos.

SET LIST
01.- Esperando nada
02.- San Antonio
03.- Anatomía de una ola
04.- Elixir de juventud
05.- Ángel de Orión
06.- La última montaña
07.- Hablando de ellos
08.- El sitio de mi recreo (con J. Ignacio Lapido)
09.- Humo (con J. Ignacio Lapido)
10. Se dejaba llevar (por ti)
11. Pueblos blancos12. Me quedo contigo
13.- Salto al vacío (con Nacho G. Vega)
14.- Asustado estoy (con Nacho G. Vega)
15.- Océano de sol

BIS
16.- Décima de segundo
17.- Chica de ayer (con J. Ignacio Lapido y Nacho G. Vega)

Por Javi Bernal.