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Foto: Tere Gisbert |
La gira de presentación del nuevo disco de Los Rebeldes 'A flor de piel'
por las principales ciudades de España, hizo parada en Barcelona, en la
sala Sarau de Badalona. Hacía tiempo que la banda no se dejaba ver por
la zona, por lo tanto no era de extrañar un público deseoso y hambriento
de buen Rock and roll al puro estilo Rebelde.
A diferencia de
otras giras, esta, venía marcada por un formato acústico, mismo formato
del disco, con la desemejanza de llevar como base rítmica un cajón
flamenco. Aunque pueda parecer algo extraño lo del cajón rítmico, aquí
en España siempre ligado a estilos aflamencados o latinos, Carlos
Segarra lo ha introducido experimentalmente en un combo de Rock and Roll
como métrica rítmica y no solo ha sido una idea pionera, sino, un
verdadero acierto para este tipo de estructura musical.
El
concierto no se hizo esperar y fue fiel al horario estipulado, la sala
prácticamente llena en su totalidad y un público deseoso aclamaba al
grupo rocker por excelencia.
Como era de esperar, sonaron las
nuevas composiciones del disco como 'Marihuana Boogie', 'En cuerpo y
alma' o 'Chuck Berry', este último con la colaboración en voz y guitarra
de Pep Sala (Sau), sin dejar de lado clásicos incluidos en el último
trabajo, adaptados al nuevo sonido, 'El loco de la autopista', 'Quiero
ser una estrella', 'Dos horas más'…todo ello entrelazado con los grandes
éxitos de estas últimas décadas como 'Mediterráneo', 'Bajo la luz de la
Luna', 'Un español en Nueva York', 'Mía', etc.
Canción tras
canción, el público asistente se realimentaba con una puesta en escena
sobresaliente, ambas partes con actitudes recíprocas hallaban la fórmula
perfecta para una mágica noche de Rock and roll. El momento cumbre de
la actuación llegó con la salida al escenario de Moisés Sorolla y
Aurelio Morata, miembros fundadores de la banda y que ocasionalmente,
nos remontan a Rebeldes 79. La gente emocionada aclamaba sus nombres, en
aquel momento la sala se vino arriba y sonaron con el ímpetu y la
fuerza de aquellos primeros años; terminaron su colaboración y no les
quedó otro remedio que salir de nuevo. Está claro el cariño del público
hacia estos dos miembros que fueron tan importantes en la historia del
grupo.
Un gran concierto sin duda alguna. Como apreciación
particular, diré que hay que tener en cuenta que este tipo de formato
acústico suele ser idóneo para salas más pequeñas, y que, hacerlo en
lugares con un aforo tan grande, conlleva un sobresfuerzo que no
cualquier profesional es capaz de mantener, ante la carencia de batería y
guitarra eléctrica la dificultad se hace aún mayor… nada que el maestro
Carlos Segarra y Los Rebeldes no puedan hacer, con actitud y "a flor
de piel".
Sarau (Badalona), 27.01.2017.
[Lauren Jordan. Redacción Nuevaola80]