viernes, 31 de marzo de 2006

Paul Collins: Gruta 77 (Madrid)


Una magnífica dosis de power pop en estado puro, eso fue lo que pudimos presenciar las aproximadamente cuatrocientas personas que abarrotaron la Gruta 77 para ver al Neoyorquino Paul Collins.

Como teloneros llevaban a Malory Knox, un grupo de punk-rock con una fémina al frente, que hicieron mucho ruido pero no consiguieron levantar mucha pasión entre los asistentes, que ansiosos esperaban la actuación de Paul Collins. Lo más destacado de este grupo fue ver a la cantante haciendo a dúo con Paul Collins, guitarra en mano, el You won´t be happy, que quedó bastante bonito.

Posteriormente salieron a escena Paul Collins, con camisa colorida, pañuelo al cuello y guitarra; y su banda, formada por Octavio Vinck (guitarra y coros), Chapo (bajo y coros), y Ginés Martínez (batería).
Comenzaron surfeando con el “Let me into your life” de álbum The Beat, con poderosas guitarras, espléndidos coros y unas baquetas majestuosas que salpicaron al público esa vitalidad que emanaba la melodía. Rápida y contundente.

Muy buen sonido nos acompañó durante toda la velada, cosa que no siempre sucede en los conciertos, mis felicitaciones a los técnicos de sonido.

Continuaron con “U.S.A” y nos calzamos una de las más destacadas del nuevo disco “Rock and roll shoes” para seguir con una de las clásicas “It´s Gonna be a long time” del From Town to Town, un tema más country rock.

Durante el concierto, Paul cambió dos o tres veces de guitarra, la verdad es que todas eran preciosas. Y hablando de guitarras, hacia muchísimo tiempo que no me encontraba un guitarrista tan magnífico como Octavio Vincks (todo un descubrimiento, al menos para mí). Si sí, como lo leen, le comentaba a un amigo, que desde los tiempos de Jordi Pegenaute cuando lo vi con los Trogloditas (y ya ha llovido), no había vuelto a ver un guitarra igual encima de un escenario, era realmente impresionante, su forma de tocar, la energía, esa pose rollingstoniana en ocasiones, hacía de todo con la guitarra, se la ponía a la espalda, tocaba a una velocidad de vértigo, tocaba en el mástil, un genio sí señor.

Y Paul en plena forma, cantó prodigiosamente, con esa voz tan particular, que cuando sube mucho de tono, parece que se va romper en cualquier momento, que no va a llegar, pero nada más lejos de la realidad, llegó al final del concierto con poderío.

Prosiguieron con “Always got you on my mind”, la primera de The Kids are the same “That´s what life´s all about”, y otra del nuevo disco “All over town”, antes de dar paso a la época Nerves, “Hangin´on the telephone” y “Working too hard” (pasada por la batidora beat).

Siguieron con “Look but don´t touch”, la preciosista y melódica “Helen” del último trabajo, la intimista “I´m on fire”, donde consiguieron hacer un silencio en toda la sala, en mitad de la canción para entrar de nuevo en un tono muy bajo e ir subiendo paulatinamente con el Baby I´m on fire.

Antes de irse a tomarse un respiro, nos deleitaron con otro de los clásicos, “In another world” del To beat or not to beat, y otras dos del nuevo disco “Silly Love” y “ Afton place” (de lo mejor del último trabajo).

Y para el bis dejaron lo mejor, tocaron la poderosa “Don´t wait up for me” con guitarras tremendas, entremezcladas con otras del nuevo disco como “More than yesterday”, hicieron “All over the world”, una de esas canciones eternas, el público saltaba, algunos hasta volaban, y por fin llegó el momento más esperado de la noche, para poner el broche de oro a una gala más que brillante, qué mejor que el “Rock and roll girl” para poner el punto y final a ese concierto, y el punto y aparte a la gira que los llevará por diversas ciudades españolas.

La gente se fue encantada, y no es para menos, ya que hizo un repaso a lo mejor de su extensa carrera, fue una noche mágica, y todavía me resuenan en los oídos los acordes de Octavio en “All over the world”, extraordinario.

¡¡Un saludo Paul¡¡

[Javi Bernal, Nuevaola80]

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