miércoles, 31 de enero de 2007

Sarassas Music: El Sol (Madrid)

UNA ESTRELLA FUGAZ

El concierto que cerraba el ciclo dedicado a la movida en la sala El Sol, había despertado una gran expectación, y es que el protagonista de la noche no se prodiga mucho sobre los escenarios, de hecho las entradas se agotaron bastante antes de la fecha señalada.

El que fuera compañero de correrías y juergas de Almodóvar en los años 80, Fabio McNamara presentó su último trabajo “Mariclones”, para el que ha contado con la presencia de Antonio Villa Toro y Agustín Querol, formando un nuevo grupo llamado “Sarasass Music”.

Dos pantallas en el fondo del escenario, una a cada lado, dos teclados con sus respectivos micrófonos, y el micrófono frontal, era todo el bagaje técnico para esa noche. Los teclados fueron ocupados por Villa Toro, y Querol, mientras que Fabio, ataviado con una chaqueta amarilla, pantalones ajustados, zapatos destellantes y gafas de sol, tomaba los mandos del micrófono.

Proyectaron en las pantallas unos videos, que al parecer ha realizado el que fuera cantante de Kaka de Luxe, Manolo Campoamor. El primer video fue el correspondiente al tema “Y mi marido”, al que siguió la aparición de Fabio en el escenario, entre vítores, aplausos y piropos de todos los tipos. La cosa no comenzó bien, parece que las bases que había preparadas no sonaban, mientras Fabio en su faceta de diva adoptaba posturas corporales muy características.

Comenzó a sonar “Hija de puta internacional” y el público se lo pasaba de maravilla, Fabio en su salsa, en la primera fila podía observarse a un animadísimo Mario Vaquerizo, marido de Alaska, coreando los temas y pasándolo en grande. También estaban por allí Boris Izaguirre y Paco Clavel.

El concierto no dio mucho de sí, 40 minutos escasos, todo fueron canciones del último disco, aunque hubo algún guiño ochentero, como el de “Paparazzi, Suck it to me”, y guiños también a la serie Mujeres desesperadas, por un momento Fabio parecía Bree Van de Camp cantando “Y mi marido”. Hicieron algunos temas más como “Quien es ese hombre”, “Bailando con lobas” o “Mándame 300 euros”.
Mucho cutre-lux, diversión, risas, y una estrella que fue fugaz en su paso por el escenario, las estrellas son así, aunque para ser la última noche del ciclo quizás se podría haber preparado algo más compacto, con más chicha.

Al menos nos queda la satisfacción de haber podido ver a McNamara encima de un escenario, que no es poco.

Por Javi Bernal.

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