viernes, 10 de agosto de 2007

Santiago Auserón y la Original Jazz Orchestra: Playa de Poniente (Gijón, Asturias)

Foto: Guillermo de la Fuente
Vivir de antiguas rentas es un ejercicio en triste uso últimamente. En todas partes cuecen habas pero lo que a priori parecería una mera resurrección del repertorio de Radio Futura en clave de big band, swing a lo Duke y jazz añejo no fue tal, y por ello se evitó un andamiaje musical evidente y ramplón: Auserón es un tipo inteligente y sabe que su primer grupo le ha marcado de por vida, pero no deja que tal losa lo aplaste.

Así, “El tonto Simón”, “Veneno en la piel”, “A cara o cruz” o “La negra flor” sonaron en Gijón renovadas y briosas, con un heterodoxo coro de metales, vocalistas femeninas, piano de cola, dos guitarras, bajo y batería, todo ello arreglado, orquestado y dirigido por Enric Palomar. Además, intercalaron el repertorio “futuro” con las piezas más crepusculares de los discos de Juan Perro, salvo la rítmica “Charla del pescado”, que marcó el primer hito del concierto a la hora de enganchar a un público que quizá no ha seguido demasiado de cerca la trayectoria de Santiago tras “Tierra para bailar”, aunque comprende de modo tácito que su carrera va más allá de Radio Futura.

Pero aparte de la Orquestra y sus destrezas, a un concierto se va a disfrutar y a fe que Auserón puso toda la carne en el asador para que así fuese en las casi dos horas de recital. Con unas tablas y un saber estar escénico imparable, se metió al público en el bolsillo sin esfuerzo aparente tras el primer tema, el estupendo “No más lágrimas” del disco “Cantares de vela”. Alternó síncopa y ritmo con reposo y tiempos medios. Sus poses belmontinas, sus muecas, sus gestos y, en suma, su carisma, no son en absoluto gratuitos: Santiago es un entertainer y su show un espectáculo, así que no hubo opción al aburrimiento. De rebote, las canciones y su tratamiento jazzy resultan eficaces y dúctiles, evitando la mera fotocopia y saliendo airosas con unos arreglos que huyen del virtuosismo artificioso que podría presuponerse en estos casos. O sea, que hubo más corazón que ínfula intelectual y en las caras de todos así quedó patente.

Santiago Auserón no ha logrado romper el techo de ventas de Radio Futura, pero ha sido fiel a sí mismo y no se ha dejado llevar por la nostalgia del manido “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Desde la gira de “Las malas lenguas” ha ido reincorporando a su directo, paulatinamente y en dosis prudentes, las canciones que le encumbraron en los 80. Pero ha prometido nuevo disco de Juan Perro para 2008 y me alegro: el pasado está ahí, el presente es ya, el futuro es algo más que promesas. Porque, digámoslo sin tapujos, Auserón es un clásico rotundo de nuestro pop de todos los tiempos y está a la altura de ellos. Como suena.

[Rafa A. Balbuena. Nuevaola80 Asturias]

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