sábado, 11 de agosto de 2007

Germán Coppini con Maga: Parque del Muelle (Avilés, Asturias)

Foto: Carlos "Stuka" Martagón
Festival La Mar de Ruido 2007

Coppini, tipo aparentemente frágil y atormentado, no tuvo reparos en presentarse en Avilés diciendo “Somos Coppini y Maga y cantamos en castellano”, marcando las distancias con el bochornoso espectáculo que previamente habían desgranado –en inglés mesetario- el grupo We Are Balboa, donde canta la hija de Miguel Ríos y que necesita urgentemente un poco más de humildad y menos prejuicios: venir al norte presumiendo de chalé con piscina y de cosmopolitismo por haber grabado un disco en Puertollano “jodidamente cojonudo de la hostia” (sic) es puro y simple provincianismo de la peor extracción, por mucho padrino ilustre y productor inglés que tengas a gala haberte echado al coleto. ¿Cosas así a estas alturas de la jugada? Por favor…

Germán, que es quien nos ocupa, salió escaldado de la última reunión de Golpes Bajos. Aquel disco estaba algo empachado de medios y azúcar, algo a lo que Teo Cardalda no era ajeno. Ahora, sin el cómplice (va con segundas y terceras) y rodeándose de los sevillanos Maga, retoma el repertorio de aquel gran grupo con la formación básica del rock: guitarra, bajo y batería. Sin muchas florituras pero sin machacar las canciones a lo punk, sonaron llenas de lirismo, ya que Coppini no ha dejado su sello interpretativo personal, intransferible, único que le caracteriza.

Así, concisos y escuetos, rodaron piezas como “Fiesta de los maniquíes”, “Desconocido”, “Hansel y Gretel”, “La virgen loca”, “Cena recalentada” o “Necesito saber” (única concesión a la rentré de 1998). Hubo un rinconcito para Siniestro Total con “Hoy voy a asesinarte”, una muestra de su carrera en solitario con “El ladrón de Bagdad” (no cayó ninguna de “Carabás”; lástima) y, nobleza obliga, también una pieza propia de Maga. Como colofón, un dulce bolero dedicado a la ciudad de Lisboa y el final esperadísimo y emocional con “Malos tiempos para la lírica”. Por supuesto, los que corren siguen siendo malos, pero hay curas puntuales… como esta misma canción. Era lo que querían ellos y lo que quería el público. Nada malo, por cierto.

No hubo bises porque Doctor Feelgood apremiaban: estábamos en un festival. Lo más notable, la cantidad de chavales que auparon a Coppini y Maga desde el comienzo de la actuación, habida cuenta de que muchos de ellos en 1984 eran lactantes o simplemente no eran. Germán nos confesó que Maga le han espoleado para tocar de nuevo en directo y sin cortapisas. Gracias al cielo, esto no es un comeback patético como el de Olé Olé o La Unión porque no hay tal regreso: son un grupo nuevo, Coppini y Maga, y ojalá el tiempo dé los buenos frutos que su directo avanza. Porque están sin discográfica, pero eso es otro tema doloroso…

[Rafa A. Balbuena. Nuevaola80 Asturias]

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