sábado, 20 de enero de 2007

Hornadas Irritantes: El Sol (Madrid)

EL SÁBADO MAS IRRITANTE EN 25 AÑOS

Intervención multitudinaria y sorprendente de iconos clave de aquellos tiempos, con homenajes mutuos y recíprocos, no sin alguna carga de autocrítica, provocación y gamberrada fresca y bienvenida.
El multiconcierto tuvo un narrador, el simpar Patacho (de Glutamato Ye-yé por si alguien aún no lo sabe), que como en un monólogo televisivo iba introduciendo a los grupos, fragmentos de grupos y miembros que se iban sucediendo. Juan Jaren a la guitarra, un bajista y un batería de excepción, cuyos nombres y procedencias siento desconocer, conformaban la base mientras que Patacho se aferraba a su Gibson.

Para empezar unos cuantos temas, cantados por Laura Sardinero, un descubrimiento de Álvaro Tessa, con frescura y aire ochentero. El tercer tema daba ya idea de que nos tocaría soportar alguna que otra imperdonable gamberrada musical y que logró irritar realmente a más de uno.. al fin y al cabo se supone que es parte de lo que pretendían las "hornadas". Se trataba de la genial “Estatua del jardín botánico”, pero cantada con la melodía de una canción de la tuna del estilo "Clavelitos"; supongo que original, pero para matarles.

Al rato surgió Rodrigo De Lorenzo, voz y guitarra de Ciudad Jardín, cojeando asido a un bastón y con un sombrero, nos hacía recordar bastante al Dr. House. Tocó algunos clásicos suyos que el resto de la banda parecía tener ensayado un par de veces, a juzgar por las miradas mutuas que dicen “tú toca que yo te sigo”. “Atún y algas” o “Es a ti” fueron buenos exponentes del estilo de Rodrigo.

Seguidamente aparecieron Los Cavernícolas, que tocaron “Soy un punki”, “Quiero esnifar novopren”, entre otras, eso sí, al mas puro estilo cavernícola, es decir, en un abrir y cerrar de ojos.

Poco después salió al escenario Luis Jovellar, el que fuera cantante de Sindicato Malone, sorprendiendo al hacer el “Branquias bajo el agua” de Derribos Arias, momento que aprovechó para evocar la figura de una de las personas mas extravagantemente irritadora de la movida, como no estamos hablando de Iñaki Gasca, mas conocido como Poch, cantante de Derribos Arias. Siguió con “Colegas”, una versión de Buenas Vibraciones, y algunas canciones propio de los Sindicato, como “Owhe ke owhe”, “Clónica” o “Sólo por robar”. En un momento dado, a ritmo de pasodoble se marcaron una extrañísima adaptación del “Todos los negritos....”, quizás fue el momento en que me desentendí plenamente de aquello. Como decían los Ilegales, ..."odio los pasodobles...".

El siguiente en salir fue Germán Coppini, ataviado con un curioso tocado militar en forma de pasamontañas con estrella roja, puño en alto, proporcionando el segundo toque republicano de la noche al cantar el “Ayatollah” con la melodía de “Ay Carmela”. Le siguió un emocionante guiño a Décima víctima con su extraordinaria versión de “Tan lejos” a la que le siguió otra versión, en esta ocasión del "Corazón loco de Glutamato Ye-yé. Para terminar con uno de los temas de Anónimos, banda en la que también militan Patacho, Carlos Hens (quien sustituyó recientemente a Ñete desde que este inició su proyecto actual, Sulivan), Carlos Rodríguez y el propio Germán, titulada “Invocación”, un tema que recuerda mucho a una de las canciones de Golpes Bajos "A santa compaña", de los que no interpretó ninguna.

Después llegó el momento más divertido de la noche con la fastuosa aparición de un histriónico Paco Clavel, ataviado con una especie de tubo extractor de cocina plateado (que podríamos tildar de "trompa cutrosa") , falda escocesa, mallas negras, botas de plataforma, chaqueta con cucharas, bisutería, etc., acompañado de “la contratada”, con short, chaqueta militar y bandera republicana colocada a modo de "monjil" toca. Cantó “Tengo el corazón contento” y “Adelita”… además de inspiradas bromas que sacaron sonoras carcajadas, sin cortarse un pelo, como siempre. También sonaron “La estufita”, canción que firmaran en su día Iñaki Glutamato y el propio Clavel.

A continuación irrumpieron Transportes Hernández y Sanjurjo, es decir, Julián Hernández (Siniestro total) a la guitarra y Rómulo Sanjurjo (Diplomáticos) al acordeón, con chaquetas y pantalones negros pintarrajeados, parecían un par de excéntricos escapados de cualquier psiquiátrico. Esta vez el guiño fue a Nacha Pop con “La chica de Albacete”, una descorazonadora “Chica de ayer” completamente distorsionada, con la melodía de aquella canción que decía “Un viejo y una vieja van pa Albacete, y en mitad del camino......”, ya saben. A parte tocaron algún que otro tema propio, como “Rías altas, rías baixas”.
Finalmente apareció Iñaki, sin bigote, que tras recordar cariñosamente a Poch (de nuevo) y a Ramón Recio (letrista de Glutamato Ye-yé), cantó “El chico más pálido de la playa de Gros”, para seguir con temas de Glutamato como “Corazón loco”, “Todos los negritos”, “Hey tío” y una descarrilada versión del “Mari Pili” de Ejecutivos agresivos. Luego Patacho se atrevió a cantar rematadamente mal el “Canto muy mal” de su disco en solitario “Fuga de vocales”.

En definitiva, algo divertido que me hizo reir, saltar, cantar… pero también me irritó; es lo que se pretendía ¿no?.

Por Carlos Burguete. Imágenes Javi Bernal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario