martes, 20 de febrero de 2007

Jaime Urrutia: Joy Eslava (Madrid)

GRAN ESPECTÁCULO DE URRUTIA Y CÍA, DONDE RESALTÓ LA FIGURA DE UN PLETÓRICO BUNBURY

Desde mucho antes que abrieran las puertas de la sala, ya había gente haciendo cola en la recientemente remodelada calle Arenal. Cientos de transeúntes, unos con bolsas de la compra, otros regresando a casa después de un duro y tedioso día de trabajo, intentaban abrirse paso a través de la fila que formaban los asistentes al evento, mientras observaban con semblante confuso las puertas de la Joy y seguramente se les pasaría por la cabeza una pregunta, ¿Qué habrá aquí hoy?

Pues había ni más ni menos que un grandísimo concierto que pudimos vivir en la abarrotada sala Joy Eslava, con la presencia de multitud de artistas del panorama musical actual y que sirvió para la grabación del que próximamente será el primer disco en directo en la carrera de Jaime Urrutia.

La sala presentaba un aspecto envidiable, la planta baja era un mar de gente, y alzando la vista, podían divisarse majestuosas las tres plantas restantes llenas de público asomado, esperando que diera comienzo el espectáculo.

No tardaron mucho en saltar al escenario, o al menos, a mí la espera se me hizo corta, había gente de todas las edades, muchos seguidores de Jaime Urrutia evidentemente, pero también muchísimos seguidores de Enrique Bunbury/Héroes del Silencio.

Salieron Los Corsarios, acompañados claro, de Urrutia, con camisa lila, pañuelo blanco al cuello y gorra. Abrieron el concierto con “Delirios de Grandeza”, qué grandes, la Joy se venía abajo desde el inicio. Jaime nos informó de que al tratarse de un concierto para una grabación de un disco, si alguna canción no quedaba bien, la repetirían,” mejor para nosotros” murmuraba la gente, total, en una noche como esa, no hay prisa que valga.

La banda iba acompañada de una sección de vientos, entre los que estaban el saxo Francis García, que se incorporaban dependiendo de la canción, y el segundo tema, los necesitó, ¿qué sería de “Tócala Uli” sin ese magnífico saxo?

A continuación, “¿Donde estás?”, el público esperaba ansioso la aparición de todos los artistas que intervinieron en la grabación del video clip de este tema, pero solamente apareció Loquillo para ayudar con el vozarrón en las dos o tres frases que dice en el tema.

Pero la cara de confusión duró poco en el público, siguieron con “Mentiras”, donde saltó a escena Iván Ferreiro, para poner ese toque pirata que solamente él sabe. Continuaron con “Vestida para mí”, Urrutia sudaba a chorros, la verdad es que no me extrañaba, con la gorra puesta y el pañuelo en el cuello, mientras el público se quitaba capas de ropa, hacía un calor excesivo, pero daba igual, lo importante era que estábamos allí, contemplando la grandeza de Jaime y su grupo.

Para refrescarnos, nos deleitaron con un “Cuatro Rosas”, en cuya presentación Urrutia tuvo palabras de agradecimiento y recuerdo para los demás componentes de Gabinete Caligari. Pereza acompañaron en este tema tan emblemático de la banda, y no lo hicieron nada mal.

Después de “Maribel”, otro tema de Gabinete, en ese sentido Jaime fue generoso, y nos regaló multitud de canciones de su anterior etapa, en este caso la canción era “Caray”, para la que contó con la colaboración, ahora más duradera, de Loquillo, elegante como siempre, el escenario contaba con casi cuatro metros de chulería, con un público encendido, mientras el Loco y Jaime intercambiaban estrofas.

Cuando sonaron los primeros acordes de “Nada por aquí”, la sala pareció temblar, desde distintos sectores gritaban “...dónde está Enriqueeeee”, finalmente Enrique no apareció y los más pesimistas creyeron que Bunbury no había venido.

Con Jorge Drexler, su guitarra y Urrutia solamente en el escenario, dieron una vuelta de tuerca a “Pitusa”, después de salvar los problemas técnicos que afectaban a los monitores de Drexler, en esos momentos de espera a Urrutia se le veía bastante nervioso e incómodo con la situación, pero estas cosas pasan solo en los directos, ¿a que en la tele nunca pasa?... ¿verdad?, pues eso.

El respetable se volvió a animar con “Suite Nupcial”, para entonces, Jaime ya se había desecho de la gorra, de la chaqueta y se había arremangado la camisa, no era para menos, la sala se incendió cuando salió a la palestra Enrique Bunbury, las cámaras no paraban de disparar flashes, el público coreaba “Enriiiique, Enriiiiiique, Enriiiique....”, y por supuesto Bunbury, en plena forma, estuvo a la altura de las circunstancias cantando junto a Jaime “Al calor del amor en un bar” y saludando cariñosamente al respetable.

El siguiente en acompañar a la banda fue Ariel Rot, guitarra incluida, con el que hicieron “Que barbaridad”, para dar paso a la segunda mejor colaboración de la noche, al menos para mi gusto, Amaral, que con su belleza y ese portento de voz que le identifica nos erizó la piel cantando “Camino Soria”, además de tocar la armónica magistralmente al final de la canción.

Continuaron con “La culpa fue del chachachá”, sin casi darnos cuenta entre canciones y aplausos el concierto estaba dando sus últimos coletazos. Hicieron el nuevo tema que ya presentaron a finales de Enero en la sala El Sol, que lleva por título “Tratando”, una canción resultona y pegadiza.

Dani de El Canto del Loco, con camiseta de Los Ronaldos, apareció en el escenario para cantar “La sangre de tu tristeza”, aunque me cueste reconocerlo, tengo que decir que no lo hizo mal el muchacho.

Para cerrar una noche brillante, un tema que huele a despedida, “Nadie me va a añorar”, pues si eso es lo que piensa Jaime Urrutia, desde luego que está muy equivocado, mucha gente lo va a añorar a él y sus grandísimas composiciones.

Parece ser que “Caray” con el Loco, no había quedado del todo bien, así que tuvimos la suerte de volverlos a ver juntos en el escenario. Después, hicieron “Tratando”, sin cantar, al parecer era para la realización de un video clip, y como bien dijo Jaime “...así no nos vamos a ir ¿no?....¿Cuál queréis que toquemos?...”, el grito del público fue unánime, de nuevo “Enriiiiique, Enriiiiiiiique, Enriiiiiiiiique...”, pues tuvieron que ir a buscar a Enrique Bunbury, para cantar de nuevo “Al calor del amor en un bar”, que sirvió como punto y final a una noche en la que lucieron muchas estrellas, pero sobretodo dos, Urrutia y Bunbury.

Por Javi Bernal.

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